Apenas el pasado 23 de julio, el power trío chilango Whitecrow lanzó su primer Lp titulado Soul Elysium, luego de una larga espera desde que lanzaron el primer sencillo de este álbum. Como todo, la espera vale siempre mucho la pena, y esta no es la excepción, pues es una producción muy buena que era de esperarse para quienes hemos disfrutado de su música en vivo. Conformado por Fredache en las cuerdas delgadas y las vocales, Miguel Vázquez-Rescalvo en las cuerdas gordas y las teclas y Antonio de la Cruz en los tamborazos y platillazos, esta producción de ocho tracks es una máquina del tiempo que nos lleva directamente a la época más psicodélica, con cargas de una voz potente, riffs ágiles y pegadizos, líneas de bajo con un groove bien suave, teclados bien chidotes y una batería con mucho punch es lo que en general conforma este lanzamiento y de lo que estaremos hablando en esta reseña.
Todo comienza con la rola Shadow mirage, una rola bastante chidita en cuanto a su sonido, setentero totalmente, la lira suena saturada pero no agresiva, el bajo bien vintage y la batería que al intro hace algunas figuras con toms, suena con mucho golpe. El riff previo al verso, se acompaña de un intenso golpeteo de la batería, luego de ese pequeño e intenso pasaje, se vuelve más pausado, la voz le da un cariz más calmado pero con esos aires retros que recuerdan tanto a las décadas de los 60 y 70. Luego del verso, el siguiente segmento me gusta mucho, pero se luce la batería con algunos remates y el bajo con adornos mientras la lira va marcando el tiempo fuerte, luego, la lira marca, hace algunos adornos apoyados por bajo y batería hasta desembocar en el solo bien sabroso que suena y da paso a una vuelta más del verso. Sigue Bvrial, segundo sencillo del disco, lanzado hace un mes aproximadamente, una rola que inicia con riffs de tintes algo oscuros y siniestros, melodía que se mantiene y va variando entre el bajo y la lira, el cambio se hace antes de que inicie el verso, sin embargo, sigue más o menos el mismo feel que tenían al inicio. Para entrar al verso, el riff se hace más rápido, la batería se siente con más groove y obvio la voz le impregna esa sensación setentera, tanto por su cadencia alargada y melódica como por el uso discreto de reverb en la voz. Luego de esta primera parte, comienza un puente melódico con un groove de bajo muy chingón, arreglos de guitarra atmosféricos y psicodélicos, que pronto retoman el riff principal para darle paso a la voz, luego el bajo marca otro cambio más, una sección más ágil, más rápida pero con mucho feeling; hacia el final suena un solo bien chingón de lira seguido por uno de teclado que le da un toque bien setentero a la rola. La tercera rola fue el primer sencillo que lanzaron como avanzada del presente disco, titulada Eonic, de la que tiempo atrás ya hablamos y que ahora sólo podríamos añadir es resaltar la energía que transmiten con el ritmo movido, los cambios en la melodía van acompañados con algunos breves bajones en el ritmo, además de incluir un solo de teclado bastante chingón; sin duda una gran rola y que en vivo suena muy muy bien, esa misma energía que se siente en el álbum la explotan aún más en el escenario.
The healer es la cuarta rola del álbum, cuyo inicio con lira arpegiada, acompañada con sólo los golpes de platillos muy suave y el teclado, nos dan una sensación de rola que se decanta por la balada, por una rola tranquila donde la línea de bajo reluce bastante al realzar los arpegios de lira. Luego de un minuto y poco más, el riff cambia, la lira se oye saturada y con un ritmo un tanto más heavy, que va alternándose con arpegios, como una mezcla de una sensación ríspida y otra atenuante y suave. Luego de tres minutos introductorios, suena la voz, un poco más apagada que en las rolas anteriores, acorde con la sensación de añoranza que transmite la canción, la cadencia del canto, junto al tempo de la melodía y los remates ocasionales de la batería refuerzan esta sensación que se mantiene constante a lo largo de toda la rola, por cierto, es la de más duración; sin embargo, la variedad en la melodía e una muestra de cómo mantener un feel a lo largo de distintos pasajes musicales. Sigue Second sight, rola que hace contraste con la anterior, pues inicia con la batería haciendo un groove muy chingón, con un filtro, la rola suena enérgica y pesada a su estilo, la voz vuelve con ese tono más encendido y en algunos versos se aumenta tanto el tono como el filtro que tiene, acentuando cada fin de verso. El interludio melódico, pasando mitad de la canción, se siente muy frenético y con mucha fuerza, la velocidad se siente de inmediato tanto en el ritmo como en la guitarra y el solo que hace; para cerrar, retoman el verso, hacen un puente muy chido que va por el mismo feel y cierran para dar paso a la siguiente rola, titulada Day of the dead. Esta sexta rola comienza muy fuerte: tarolazos, bombo, rasgueos de lira y golpes de bajo, al unísono, para dar paso a la melodía ahora sí, primero pausada, entrecortada, lo que le da una sensación más bien dura, pero cambia por un ritmo más fluido y heavy. El primer puente de la rola aja un poco la intensidad, se vuelve más calmada la rola, pero es seguido nuevamente de ese subidón para el segundo verso; sigue de ello un pasaje tranquilo, con la lira arpegiada, el tempo más lento y el bajo nuevamente refuerza y da intensidad a esas notas. La rola progresa hasta un solo de teclado bastante chingón, nuevamente nos transporta a la psicodelia setentera, y al terminar, un solo de lira con mucho feel.
Cerca del final, nos encontramos con Flamming nightingale, rola que tiene un inicio bastante intenso, con un redoble de batería nos recibe y de inmediato una melodía movida y enérgica, el ritmo suena cabalgante, como si fueran a la carga. La influencia de los 80 se nota bastante, al menos me deja esa impresión la melodía, sin embargo, el sonido más vintage, setentero, al final, la mezcla de ambos estilo nos da una rola bastante chida, una propuesta que transmite mucha audacia y que nos lleva, en conjunto a las dos rolas anteriores, a un punto cada vez más elevado, poco a poco dejan sentir en cada rola mayor fuerza, mayor ímpetu, y esta rola es la cúspide. Por último, Valravn comienza con un ritmo de batería grabado con mucho reverb, emulando el sonido de las baterías en los 80, quizá, o al menos a eso me remite ese sonido tan peculiar, además la lira comienza con un riff exótico, con un sonido exótico, el bajo suena grave y en conjunto dan una extraña mezcolanza de inicio, y no es que esté mal o suene mal, sólo es algo a lo que yo al menos no estoy acostumbrado, pero una vez que le hallé el hilo, se me hizo algo que resalta bastante, una advertencia sonora de que ya todo va de salida, quizá, y lo que estamos por escuchar es lo último del álbum. Una vez termina esta intro, la rola ya toma el rumbo conocido: estilo protometalero, sonido vintage, melodía dinámica y tenaz, la voz, con su acostumbrada fuerza, llega al primer verso, y en e coro, disminuye un poco el ritmo y se gana en intensidad. Aunque no supera a la canción previa en cuando a la fuerza que transmite, da continuidad a esa misma magnitud y no demerita este cierre tan bueno, pues además los contrastes con pasajes más tranquilos que siguen en la rola, por ejemplo, rumbo hacia el final, el cambio a arpegios, el teclado, el ritmo lento y que de a poco sube en fuerza, da bastante variedad a la rola, además de ser una síntesis (o podría funcionar como tal) del estilo y la capacidad del power trío chilango.
Como mencioné, la espera valió totalmente la espera, desde el lanzamiento de Eonic, hasta ahora, sin embargo, ya verlos en vivo me dio la idea clara y más concisa de lo que es capaz de hacer musicalmente los Whitecrow. Mi track favorito sigue siendo Eonic, por ser la rola con más alma setentera, el teclado se luce y el largo puente donde cada músico se destaca con todo lo que tiene, se me hace una de las síntesis más interesantes del power trío. Esperamos que pronto tengan más eventos en vivo, pues aunque en la grabación la intensidad con que tocan se percibe, en vivo es mejor, pues no sólo es través de la música, sino de los movimiento (casi coreografía). En fin, querido lector, ¿cuál fue tu rola favorita?
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