Fuzztlán

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He visto desde hace años cómo ha crecido la escena Stoner en México de forma paulatina, como canción de doom llegando al clímax denso y potente. El doom, la psicodelia, los desérticos riffs han hecho retumbar al país a lo largo y a lo ancho. Es, además, grato observar que la escena no se limita a la capital del país o a la zona centro; en cada rincón, de sur a norte, de costa a costa, resuena el potente eco de los sonidos psicodélicos, pesados, tenebrosos y espesos, de guitarras pastosas, bajos profundos y distorsionados y baterías aplastantes golpeadas con toda fuerza, con ritmos lentos, rápidos, en alternancia o cada uno haciéndonos mover la cabeza, con la finalidad de evocar todos aquellos ambientes característicos de cada rama del stoner.

El interés creciente se nota desde todos los frentes: hay un surgimiento de bandas talentosas y con mucho qué expresar en sus sonidos y sus letras; un público cada vez mayor, ávido de sonidos setenteros y que contribuyen con el desarrollo de todos los que estamos inmiscuidos en la escena; también se nota el interés en los promotores, los organizadores, los espacios y disqueras que han confiado y confían en el enorme talento que surge en el país y, claro, el esfuerzo de todos aquellos que se han centrado en la difusión del stoner desde distintos frentes.

Todo el terreno conquistado hasta ahora (y el que falta por conquistar) no ha sido el producto de un azar caprichoso ni por mano de un misterio incomprensible; el crecimiento de este fenómeno que lleva años tomando impulso se debe al arduo trabajo y la calidad que todas las bandas demuestran tener. Como anécdota, hace unos meses tuve el placer de asistir al concierto que dio Monolord en la Ciudad de México; sucedió que conocí un par de personas que no tenían idea del género, que se enteraron de que había algún evento en el foro Indie Rocks, y decidieron ir sin más; platicando al final con ellos, quedaron más que complacidos, y no sólo por la banda sueca, también por la actuación impecable de Satánico Pandemonium y Cardiel, quienes participaron con gran éxito. El motivo de esta anécdota es poner de relieve que la calidad y el punch de bandas locales también contribuyen al crecimiento y la evolución del género, también sirve para destacar que son capaces de atraer fans a esta oleada de fuzz y densidad que se abre paso por el territorio nacional. Los últimos lanzamientos también son prueba de ello: sea con disqueras importantes o DIY, cada agrupación deja en claro que en México hay un chingo de talento y ganas de hacer buena música, buen stoner/doom/sludge/desert y dejar los huevos en ello.

El propósito de Fuzztlán es, precisamente, poner un granito de arena más en la difusión de dichos géneros, hechos principalmente por bandas mexicanas (sin abandonar las noticias y lanzamientos más importantes a nivel mundial); sumarnos al esfuerzo por dar espacio a las bandas del país y su enorme trabajo: reseñas de lanzamientos de discos, de discos recién lanzados y, en la medida de lo posible, también de eventos donde el desierto y lo oculto se evoquen con riffs pesados y ritmos densos.

Para terminar esta breve presentación, quiero agradecer a Rolo Riemer, Mario Tamayo, David Reyes y Marco de Luna por darme la patada necesaria para emprender este proyecto; y además, un muy especial agradecimiento a Alejandro Campos, que no sólo me convenció, también se rifa tras bambalinas con el diseño de la página y es miembro importante de este naciente proyecto.

 

-Mack