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Los madrileños Free ride nos traen riffs nuevos y noventeros con su nuevo álbum Ácido y puto

Desde el viejo continente llegó este sonido tan chingón, una banda que lanzó su primer demo en 2018 y desde entonces ha producido un stoner rock noventero buenísimo. La banda Free ride (de quienes hablo) está conformada por Borja Fresno en las seis cuerdas, en las cuerdas vocales, sintetizador y percusiones, Víctor Bedmar en las cuerdas gordas y Carlos Bedmar en los tamborazos y platillazos; este trío nos trae su segundo Lp, titulado Ácido y puto, un título bastante sugerente en cuanto a lo que nos podemos encontrar en las nueve canciones que componen este discazo y que rescatan muy bien la esencia del stoner rock noventero, la psicodelia y un poco de grunge.


El álbum comienza con la rola Space nomad, y lo primero que nos llega al oído es una lira bien western que de a poco se van añadiendo otros sonidos que ambientan y complementan esta sensación de estar en el desierto. La voz suena lejana, como si viniera desde montículos y formaciones rocosas en ese desierto ambiental que han creado, además de tener un ligero reverb. Terminado el primer verso de la rola, la lira suena más setentera, con wah y un ritmo muy groovero, acompañado aún de una segunda lira y bajo que continúan con el ambiente desértico; este segmento sirve de puente para un momento más agresivo de la melodía, la lira con fuzz, el sonido ya cambia a una sensación más grungera. Luego, se repite la estructura: una parte bien desértica, seguida del verso, luego el puente setentero y la última parte con mucha fuerza y espesura, pero en esta ocasión, se le añade un riff bastante desértico, potente y que sirve de melodía de fondo para que a lira vaya haciendo arreglos y solos bien sabrosos. Sigue Outsider, rola que inicia con un redoble de tarola y el riff en el bajo, profundo y limpio, para que luego los acompañe la lira, casi de inmediato, la voz aparece con una cadencia y estilo que me remiten a Fu Manchu, por otro lado, el riff suena totalmente noventero y bastante desértico, los solos de lira y los arreglos que se incluyen le dan un toque bien psicodélico, son un auténtico viaje mientras la letra nos va recordando la valentía y el orgullo de ser un "outsider", un forastero ante la sociedad. Sigue Kosmik swell, que cambia nuevamente el registro melódico: la primera rola suena bastante western, la segunda nos remite casi de inmediato a los noventa, esta tercera, que inicia con sonidos ambientales y un groove de bajo bastante chido, luego acompaña la lira con algunos arreglos; la rola en conjunto y conforme avanza, suena bastante psicodélica, cada instrumento es un elemento más al viaje y la imaginería cósmica, es imposible no sentirse Yuri Gagarin con esa melodía tan fumada. Conforme la rola avanza, la intensidad sube, los arreglos de guitarra se hacen más complejos, la guitarra de fondo que hace el riff base se siente más intensa, la batería incluye algunos remates y figurillas también, así como el bajo también va haciendo ocasionalmente algunos arreglos que nutren el riff que lleva.

El cuarto tema del álbum se titula Vice, rola que se siente más densa en el tono, el ritmo y hasta el riff mismo, más pausado y espeso, la voz tiene una cadencia más lenta; de hecho la rola me figura muy próxima al stoner-doom: riff lento e hipnótico, repetitivo, aunque con una batería un poco más vívida, el solo de lira también rompe un poco con esta idea, pue es intenso, le impregna cierta velocidad a la melodía y suena bastante desértico. El álbum continúa con Nazaré, quinto corte del álbum y que nuevamente, nos lleva por otro ritmo, pues en esta ocasión nos acerca un poco a una melodía surf, tanto con el sonido de la lira, del bajo, el ritmo en general, la batería, la ambientación medio playera de la rola. Cerca de los dos minutos cambia la melodía, se vuelve más agresiva y la guitarra voladísima, la rola se vuelve más psicodélica con una melodía base pesada; el primer verso aparece hasta prácticamente la mitad de la rola, y al terminar da paso a un pasaje bastante etéreo, muy ambiental que nos hace sentir ingrávidos, luego sigue con otro pasaje pesado donde la guitarra se luce con un solo y unos arreglos bastante chingones. Sigue Steamroller, la sexta rola del álbum, desde el inicio transmite mucha energía y vehemencia, el fuzz en combinación del ritmo acelerado y el riff ágil, hacen de esta rola incluso un soundtrack perfecto para practicar skateboard. Más o menos a la mitad, la rola cambia por un ritmo lento, donde la base, bajo y batería, de fondo la lira hace algunos arreglos, suena bien espesote este segmento, complemento genial, a mi parecer, de la primera parte más movida y violenta, que se retoma para el final de la rola y cerrar por todo lo alto.

Joy, el séptimo track de la nueva producción de Free ride, da continuidad a ese stoner rock noventero y agresivo que escuchamos en la canción anterior y un par anteriores, con la variante de que esta rola se oye más animosa, para echar desmadre, pues a la fórmula de su sonido, le añaden un toque punk que aligera bastante la rola. Por otro lado, me parece un toque muy chingón que la línea de bajo tenga algunos arreglos que hagan que sobresalga junto a los arreglos de la lira. Hacia la mitad, la rola se vuelve más ágil, la batería va machacando constantemente mientras el riff se reduce a tres acordes que sirven de base para un pequeño solo de lira, que luego continuará con una base rítmica y melódica distinta. Rumbo al final, nos encontramos con Blackout, rola que continúa con esa sensación de intrepidez, de desmadre y velocidad, alargando en esta ocasión esa sensación de "a la verga el mundo, vamos a darlo todo". Al cerrar el disco, ya nos encontramos algo distinto, una guitarra acústica inicia Living for today, último track, sin embargo, aún con la lira acústica predominando, esa sensación de desenfreno aún es latente, quizá por la inercia de las dos rolas previas a esta. La sensación borrascosa, de intensidad y velocidad está presente, no sólo por la guitarra eléctrica que va haciendo acompañamiento, sino genuinamente porque a estas alturas, es imposible desamalgamar una idea como esta de la banda (sobre todo si disfrutaron previamente su álbum homónimo).

Poco queda que añadir, sino mencionar el gusto que ha sido escuchar un álbum que rescata ese sonido de inicios el stoner rock y le mezcla con distintos sonidos que complementan y le dan nuevo aire y autenticidad a sonido de Free ride, que va desde toques de punk y surf, coqueteos con ritmo stoner doom, un inicio western que en lo personal me encantó. Mi rola favorita fue Steamroller, una rola rápida, intensa, potente, ¿cuál fue tu rola favorita, lector?


Para escuchar el nuevo disco, comprarlo y adquirir merch: https://freerideband.bandcamp.com/album/acido-y-puto


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