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Cuervo Petrushka presenta su álbum debut, No sabemos a dónde vamos

A Finales de agosto y principios de septiembre, desde Baja California llega el álbum debut de la banda Cuervo Petrushka, que nos trae ocho tracks cargados de fuerza y contundencia. La mezcla que trae este cuarteto en cuanto a sonido es variado, pero con una constante bastante importante es el sonido áspero y melódico, variado en cuanto a la estructura y mezclas genéricas de cada rola, así que veamos de qué trata esta propuesta que llega desde el norte del país.

El sonido es muy próximo al metal progresivo: guitarras distosionadas, bajo brilloso y con sonido metálico, batería contundente, voz rasposa, riffs agresivos y potentes. La rola que inicia el disco, Monstruo de Gila, inicia con un riff lento y pesadote, junto a una lira que va haciendo arreglos y figuras que nutren la melodía, desde el inicio se siente la fuerza y la agresividad de la rola, hasta por la mitad de la rola todo se calma, la batería marca el ritmo tenuemente, la lira acompaña con arpegios, lo mismo que el groove de bajo, ha cambiado bastante la melodía y comienzan a hacer arreglos de tono muy progresivo. Semejante cosa pasa en la segunda rola, Lagartija de las dunas, rola que inicia con mucha potencia, con un ritmo más acelerado, cosa que le da una sensación más pesada, y luego se incluye la lira principal con sonidos agudos propios del metal, y nuevamente es el bajo el que nos da la pauta para el cambio de melodía por algo más progresivo, tranquilo, más etéreo incluso, luego el bajo queda solo, se acelera el tempo de la rola pero aún con ese toque prog que tenía desde el pasaje anterior de la rola. La tercera rola, titulada Círculos/Espirales, cambia la tónica que llevaban, pues esta es una rola melancólica, con una fuerte influencia de blues, desde el riff hasta esa sensación de ir en picada hacia la nada, ese vacío que a veces toma posesión de la mente y hace que aflore la sensación de absurdidad y sinsentido, obviamente la lira principal con arreglos que hace, la lira armónica y su ritmo, lucen sorprendentes; poco después de media canción, el bajo nuevamente indica el cambio de melodía y se hace presente el pasaje progresivo que dura hasta el final de la canción.

Mujer maldad, cuarto track, se va nuevamente por el lado melancólico, con un toque de blues en la composición, aunque en esta ocasión el riff principal es más movido y más contundente, luego del primer verso y un puente, baja el ritmo, se vuelve un poco más denso el asunto, pero al llegar a solo de lira, cambia la sensación que nos transmite, se vuelve un poco más triste, al terminar el solo, sigue la melodía por esa tónica, la melodía es tranquila, suave, la voz incluso al cantar en esta parte es clara, y sigue un pasaje que llega casi al final con un toque bastante dramático, añadido, claro esta, por la lira principal. Persecución y matanza del gato montés, aunque la melodía no representa las etapas de dicha persecución, sí tiene varias partes, quizá sea la rola más progresiva de todo el álbum, a lo largo de la rola va cambiando de ritmo, de notas, de emociones (quizá no le termino por hallar el vínculo con el título y por ello pienso que no hay relación). Cenizas de un camello, siguiente rola, también continúa por el lado progresivo, incluso en alguna parte de la rola se incluye una flauta que acompaña el riff principal, dándole un toque más auténtico a la rola. El estilo de esta rola, me parece, está mejor pulido en sentido que se nota más la parte progresiva además de jugar con variedad de recursos en cada instrumento, esto no sólo la vuelve una experiencia de variabilidad, también termina por sellar el estilo de la banda.

Cadáver del coyote, penúltima rola, vuelven a ese sonido pesado y denso, un tanto cercano al doom, al menos así es hasta terminar el primer verso de la canción, pues la lira, al terminar, da señal e inicia un solo acompañado de un cambio de ritmo y de melodía, ésta se vuelve más prog, semejante a las canciones anteriores donde los cambios abundan y enriquecen la canción. El disco termina con Fata Morgana, que inicia con un ritmo de guitarra clásica sólo a modo de introducción, pues el resto de la canción, en esta ocasión, retoma el sonido progresivo en su totalidad, lo mismo que los cambios constantes en los instrumentos, en el ritmo y las sensaciones que transmite. Sin duda una forma de presentarse única y para los amantes del metal progresivo, les encantará este nuevo álbum que suena de Baja California. El balance entre los momentos progresivos y el sonido a stoner metal en las primeras rolas me parece bastante acertado, incluso en las primeras tres casi parece una fórmula, pero a partir del cuarto track las cosas cambian y se refrescan las melodías que nos presenta este cuarteto. Mi rola favorita fue Círculos/Epirales, ¿cuál te gusto más, querido lector?


Para seguir su actividad:


Para escuchar su álbum:


-Mack

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