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Patas de Khabra, "Necromante", un Ep lúgubre y doom



El pasado abril de este año, la banda Patas de Khabra, oriunda del estado de Colima, lanzó su primer Ep, titulado Necromante y en junio del mismo año lanzaron el sencillo Nahuales en la oscuridad. El power trío tuvo sus inicios en 2016 como proyecto personal, para que, en 2019 se conformara por Alex G.M. en bajo y voz, Carlos P, en guitarra y coros y Plácido C. en batería y coros, alineación ya definitiva para grabar este trío de canciones y el sencillo de puro doom con sonidos lentos y siniestros. Como se puede deducir del nombre, el ocultismo y lo sobrenatural, principalmente basado en el folclore local, son los temas principales, no sólo haciendo honor al nombre de la banda, también al género: riffs lentos y pesados, batería lenta y ponchada, voces de ultratumba y sonidos ambientales y de sintetizador que alimentan el escenario lóbrego que nos evoca cada canción al escucharlas.


El Intro del Ep es siniestro e inquietante: campanas repicando lentamente, sonidos de truenos y viento soplando fuerte, junto a cabras balando mientras un chirrido adelanta que estamos por iniciar este viaje por lo más oscuro de la imaginería humana. Comienza, entonces, la canción que da título a la grabación, Necromante, con un riff potente y pesadote en la guitarra, con la batería marcando con el contra y acentuando los tiempos fuertes. Al entrar la voz, después de algunas repeticiones del riff, la atmósfera cambia: el riff se hace más pesado, su cadencia se aproxima más a la hipnosis, a un estado taciturno, acompañado de una voz espectral y llana, que nos cuenta que se dirige al cementerio a practicar el rito. Se da una vuelta más, el riff del inicio seguido del verso, al terminar de cantar, todo se vuelve más espeso, más opresivo, el ritmo se vuelve pesado, la guitarra tiene un poco de delay que le da ese sonido más aletargado y lóbrego. como si el ritual hubiera dado comienzo ya y en el cementerio esa aura maligna se multiplicara. Luego de este interludio instrumental, suena un solo de guitarra que le da un toque heavy pero no pierde el sonido tétrico del que venían del puente. Se repite la fórmula: el riff principal, verso y la canción termina con el rugir de la guitarra.


La pezuña del diablo es el tercer track del Ep, que a mi gusto, el riff con el que inicia suena totalmente oscuro y pesado, evoca un ambiente malévolo, que perdura en toda la canción, y además, tiene un toque más pesado, suena más contundente que la canción previa. El inicio del verso está marcado por un par de aullidos, luego entra la voz de Alex con la voz espectral creada con un poco de delay y la cadencia vocal. El coro de la canción "baila con el diablo hasta el amanecer/ baila con la cabra hasta enloquecer" acaba por confirmar, por si el verso y la música con atmósferas malignas y oscuras no fueran suficientes, a qué se refiere el título de la canción; además, es un coro que te queda taladrando la cabeza incesantemente, como letanía que escuchas por ahí con pro del Maligno (en concreto, recuerdo las "Letanías de Satán" del poeta francés Charles Baudelaire). Después de un puente, volvemos al verso de la canción, seguido de un interludio instrumental y breve, para dar paso de nuevo al coro, esta vez, no sólo es la voz de Alex la que se escucha, pues la acompañan los gruñidos de Arturo Delgado y Alán García, dando mayor énfasis a esta parte de la canción, la vuelve más violenta, más esquizofrénica, como cuando en alguna película sobre posesiones demoniacas, el personaje que la sufre nos cuenta que escucha múltiples voces dándole órdenes, justo eso se vuelve el coro. Tras una breve pausa, el bajo suena con un toque de fuzz a haciendo un riff frenético, con toques un poco psicodélicos, esto acompañado de la batería para que, después, la guitarra y la voz entren a darle un aire más desaforado a la canción, es el clímax del baile con la cabra, acompñada de un solo de lira bien lúgubre. La canción termina sin variar el ritmo, hasta solo quedar la guitarra repitiendo el riff.


Nahuales en la oscuridad, el sencillo que lanzaron, comienza con un búho ululando y añaden un sintetizador emulando un órgano, que da las notas del riff que comenzará la canción. El tono de la lira cambia en comparación a las canciones del Ep, es puro fuzz bien seco y directo, lo que le da un sonido más pesado y crudo, también la voz suena más grave, aunque siguen echando mano de efectos para lograr ese sonido espectral, adecuado al tono de la canción. En esta ocasión, se basan en la leyenda de los nahuales, parte importante y muy difundida de la cultura mexicana: son personas (brujos y brujas) que se convierten en animales, aunque no son forzosamente malignos, depende mucho de la zona de México desde donde se cuente la leyenda de estos seres sobrenaturales que puedan serlo. Aunque Patas de Khabra cambia algunos aspectos técnicos en cuanto a su sonido, no pierden la esencia oscura del doom que hacen, siguen sonando ultraterrenos y oscuros, pero la exploración de sonidos y el añadido del órgano me parece una forma de decirnos: "evocamos la oscuridad incluso con un sonido diferente". Al final, aquello que inquieta y sobresalta, no es una fórmula, es un conjunto de elementos que este power trío ha sabido conjuntar y conjugar en cada uno de estos tracks, esperamos que pronto tengan más material para deleitarnos.

Estarán presentándose en el festival DIY (do it yourslef) el sábado 10 de septiembre, les comparto la liga:



Para seguir a la banda y conseguir merch:


Para escuchar su trabajo:


-Mack

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