Fundada en enero de 2022, en León, Guanajuato, el power trío Motherloud lanzó hace poco tiempo su primer álbum físico que es un compilado de todo su trabajo, y en poco tiempo, han hecho un buen puñado de rolas que, ya puestas en conjunto, notamos la rápida evolución sonora que han tenido y el rápido crecimiento que muestran en sus rolas. La banda está conformada por Ulises González en las cuerdas delgadas y las vocales, Erin Alexander en las cuerdas gruesas y Josef Guerrero en los tamborazos y platillazos. Ellos definen su sonido como una demoledora experiencia de guitarrazos, beats ponchados de batería y groove intenso, sus letras, son variopintas, desde temas profundos como algo meramente como pedir meta, pero vayamos con calma. Han participado en distintos foros y eventos, apenas hace un par de semanas estuvieron en Ciudad de México y EdoMéx haciendo ruido chingón en varios foros.
La rola con la que inician este compilado, No education, es básicamente un himno al rock and roll despreocupado y sin pretensiones, me recordó mucho a ciertos grupos de punk, tanto en la letra como en el ritmo: veloz, estridente, contestatario y que al escuchar entran ganas de echar desmadre, de tirarlo todo por la borda y derrumbar las estructuras hasta los escombros. Sigue 1960-1969, una rola más tranquila en la melodía pero aún conservan esa cadencia, ese sonido punk setentero, con acordes y groove que me recuerdan al Riesgo de Contagio. Get Dirty ya suena un poco más agresiva en la guitarra, la cuál inicia la rola, y la melodía está un poco más próxima al grunge que las anteriores, con una sensación más oscura, más seria, va tomando el álbum un aire más sobrio. The radiator song, cuarta rola del compilado, comienza con la lira alternando limpia y con distorsión, hasta que eleva el ritmo, pareciera que escucharemos una rola veloz e intrépida, pero de repente se paran, la lira suena sin efectos haciendo acordes, la cosa va un poco tranquila, los adornos de la segunda guitarra le dan un aire más surfero, y alternar esa parte con un ritmo punk, veloz y rajamadres, le da un toque californiano muy chido, como mezclar a los Beach boys y a Offspring.
Little hate machine, la quinta rola, se siente un ambiente más pesado, cabalgando entre el stoner y el grunge: rolas pesadas y movidas, riffs chingones y sensación de desmadre, alternancia entre voz y lira, mientras la batería mete un cencerro al puro estilo Kyuss o Fu Manchu, es una rola para sacudir la cabeza, para gozar mientras se habla de nada y de todo. Nicotine & alcohol es la sexta rola, nuevamente inicia la lira pesada y agresiva, lenta (sin exagerar), pero se nota el aura oscura que la rola tiene en la melodía e incluso en la modulación de la voz: casi susurrando, como contenida, esperando la liberación, en ese "oh yeah" que escuchamos a modo de coro. El álbum continúa con California stones, una rola con un riff bien stonerrockero, un ritmo pesado y un groove bien sabrosote, todo un conjunto melódico que logra plasmar, como se intuye en el título, el tributo debido a la oleada stoner rock de los 90 en California, pero claro, a su estilo, pues aunque tiene elementos que remiten a las bandas mencionadas antes de stoner rock, en esta ocasión tiene un sello indiscutiblemente de la banda, no es únicamente un "hacer un tributo copiando a..." sino una adaptación de recursos al estilo propio. Everybody tell me insane, octava rola, continúa con ese toque stonerrockero de la rola previa, le da continuidad a ese estilo y se nota una definición de su estilo más pulida, donde converge todo lo que hemos escuchado hasta ahora, predominando más el stoner y el grunge, pero no dejan del todo esos momento punks, de puro gutiarrazo limpio para hacer ruido que incite al desmadre.
Loyalty, friends and beer, la novena rola del compilado, continúa con la vena del stoner rock, con un riff inicial prendido y bien pesado, una batería agresiva, que abre la rola con cencerro nuevamente, y la voz en esta ocasión se le nota el influjo del género, está más próxima a, por ejemplo, la de Fu Manchu, y eso les da un toque más de rock mariguano y desértico. Vile, decima rola, vuelve, al menos al inicio, al ritmo y la estridencia punk, a la vitalidad de los guitarrazos y hasta con una voz más rebelde, más áspera en sentido metafórico. Ride on fire, penúltima rola, inicia con el bombo, luego la lira hace presencia, hasta comenzar en su totalidad con el riff principal, se nota la influencia sabathera en esta rola: suena pesado, denso, sin recurrir a una exageración de estos elementos, aunque decantan, en lugar de emular el sonido vintage, darle su toque sonoro para no perder identidad. Para cerrar, haciendo contraste con la rola anterior, Rock N'roll man inicia con un ritmo veloz de bajo y batería, luego la lira se une a hacer algunos a arreglos que le dan un toque más cercano al heavy rock de los 80 que al punk. Aún así, la velocidad y la intensidad es el elemento principal de la rola, perfecto cierre para un álbum que inicia estrepitosamente terminar de la misma forma, pero en esta ocasión, con una técnica y un sonido más identitario.
Su recorrido les ha hecho tomar un estilo distintivo y bien cimentado, y en lo personal me gusta la idea de un compilado como este pues permite ver la evolución de su música y cómo van adecuando cada una de sus influencias y pretensiones, que han ido amalgamando hasta tener identidad propia. Sin más, Nicotine & alcohol fue mi rola favorita, aunque ese toque punk de casi todo el disco me agradó bastante. Estén atentos a su actividad, espero pronto vuelvan a Ciudad de México a deleitarnos en vivo, de todos modos, estén pendientes de su actividad para que no les pierdan la pista, sobre todo que se viene álbum con nuevas rolas que esperamos con ansias. Tristemente, la banda no tiene bandcamp, y no uso spotify, pero pueden adquirir su álbum físico con el Rolo en Stoner's Dealer records en el Chopo o echándole un mensajito a la banda.
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