Mantodea, Vol. 2, grunge y garage en cada composición
- Mack
- 5 may
- 4 Min. de lectura
El día de hoy, retrocedemos poco más de año medio en el tiempo, a septiembre de 2023, que se lanza la segunda producción de la banda de grunge/punk/heavy rock Mantodea, que ya lleva varios años activa, en 2020 sacó su primera producción y ha tenido varias entrevistas y presentaciones tanto en Edomex como el CDMX. El power trío está compuesto por el Bulto en las cuerdas delgadas y las vocales, Zofo en las cuerdas gordas y Uggo en los tamborazos, presentaron estas siete canciones que conforman el Volumen 2, llenas de sonidos que, si creciste en los 90, segurísimo te trae bastantes recuerdos.
La producción abre con El orden del caos, rola que desde el primer riff nos recuerda bastante al rock de inicio de los 90: un sonido garagero, rápido, potente pero no pesado, la voz, un tanto áspera, pero con una cadencia que acentúa el final de cada línea, mientras la melodía, además de ese tono noventero de cochera, tiene un riff muy rockandrollero, es decir, fuerte y pegadizo. Ideal para abrir un disco, pues comienzan por todo lo alto, con una melodía que nos incita a echar desmadre, a agitarse en el escenario, y seguir escuchando con una subida de energía bastante chida. Sigue Monolito, rola que inicia ya un poco más tranquila y oscura, con un arpegio de lira con chorus, de fondo un feed de lira; al iniciar la rola, los acordes son los mismo utilizados en el arpegio de la intro, con un ritmo lento y oscuro mientras la voz, esta vez ya limpia, canta con un aura oscura: la voz grave y como si cantara bajo, mientras se acentúa cada verso con un susurro que repite la misma palabra. El estilo de esta rola, particularmente el "coro" me recuerda mucho a algunas rolas de 713avo amor, en cuanto a lo intenso y fuete que suena.
El álbum sigue con Santo, que inicia con la voz con un toque de reverb, como suena el padre dando misa en una iglesia grande. La lira nuevamente se arpegia con un toque de reverb, el bajo trae un groove chidote y la batería mantiene un ritmo constante, haciendo remates en momento clave de esta primera parte. Poco más de la mitad, la rola explota, la lira suena con distorsión mientras el bajo sigue por grave, potente, la batería suena con más huevos y la voz suena ahora sí con grito pero con el mismo efecto: una especie de filtro acompañado de un toque muy tenue de reverb, como si fuera un grito de rebeldía y rechazo a la convenciones. La siguiente rola se titula Golpe al ego, y creo que es la rola que más asemeja al estilo noventero del rock mexicano (y lo estoy diciendo en el mejor de los sentidos): arpegios con chorus, bajo con groove tranquilo y sonido grave, la batería con un ritmo lento; en conjunto, suena con un ambiente oscuro y triste, me recuerda mucho a Forseps o La Castañeda, que no requieren de mucha distorsión, over y fuzz pa sonar tétrico, pues vienen de una tradición donde el rock en español era protagonizado por el reverb y todo efecto que diera tintes tenebrosos; algo así pasa con esta rola, aunque su momento de fuerza, la rola se basa en lo lento, la atmósfera oscura, antes que con mero arranque de estridencia.
Ser superior, quinto track del Volumen 2, inicia con el riff principal ejecutado por el bajo, y como en una segunda línea, un filtro y distorsión, me parece, le da, el meollo del asunto, un carácter oscuro y potente, mismo que se mantiene cuando lira y batería se unen a la intro. Luego, volvemos a los arpegios fantasmagóricos y la voz un tanto espectral, alternado con parte potentes, con mucha distorsión y violencia. Rumbo a la tercera parte, hay un breve puente que nos lleva a una parte más frenética de la rola, rápida e intensa, desde el riff y el ritmo hasta la forma más golpeada de cantar. Materia residual, penúltima rola, desde su inicio se muestra como una canción con mucha pegada, el riff está a caballo entre el stoner rock y el grunge. Casi a la mitad de la rola entra la voz, seguida de un solo de lira muy chido y luego de un breve puente, un riff de bajo junto a la batería, al que luego se une la lira con unos arreglos que de a poco se vuelven un soleo bien chido. Para finalizar, Sérpico, que inicia con un riff bien sabroso, muy próximo al stoner, con chorus mientras el bajo entra con fuzz y un chingo de fuerza. La melodía, ahora sí, es pesada y densa, la voz agresiva y áspera; al igual que la primera rola que me parece una forma muy chida de iniciar, esta rola me parece perfecta para cerrar, pues contrasta con el resto de las rolas que están encaminadas a una emotividad semejante, pero por otros derroteros, y que mejor que repasar el siempre bueno y poderoso camino del riff fuzzeado y potente.
Espero ya se encuentren trabajando en material nuevo, porque estos dos álbumes que tienen ya me suenan muy chingones. Particularmente el Volumen 2, me parece genialísimo (ignoro si haya sido su intención, pero les quedó al pedo) rescatar muchos aspectos del rock de los noventa y darles nueva vida a partir de composiciones chingonas y bien pensadas. Para mí, la rola más chidota es Materia residual, ¿cuál fue la tuya, estimado lector?
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