Hace poco más de un año, en julio de 2023, una banda chilena llamada Indio de los alrededores de Rancagua y Pichilemu, lanza su álbum debut, titulado Vol. I. El power dúo conformado por Felipe Salinas y Rolo Santis y que para la grabación tuvieron de invitados a varios músicos que enriquecieron con su talento este proyecto que vengo a reseñar, nos traen seis canciones bastante chidas y variopintas en cuanto a su composición. Su sonido va de lo pesado a lo psicodelico, de lo onírico y etéreo a lo contundente, y así, veremos en detalle estas seis canciones que me han hecho bastante eco en la cabeza.
La primera rola se titula Indio, una rola en su totalidad instrumental, que inicia con una melodía de guitarra arpegiada, con un toque de delay (me parece), que le da un toque melancólico y se acompaña con algunos remates de platillos hasta que la batería entra con todo, lo mismo el bajo. Luego de repetir este riff en varias ocasiones y causarme un estado de nostalgia y meditación, luego de un adorno del bajo la rola explota, se siente la intensidad y la fuerza sin abandonar esa sensación triste con la que inició, es casi como si, al no poder contener el desasosiego, de pronto explotara a modo de válvula de escape. Se repite la fórmula, pero en esta ocasión, hacia el final, suena una guitarra acústica, un teclado de fondo y algunos sonidos ambientales que terminan por redondear esa sensación de desconsuelo al que nos arrastra la canción. La segunda rola se titula Sol, que inicia ya con fuerza: todos los instrumentos juntos, la guitarra con distorsión, haciendo un par de figurillas de fondo, bajo y batería con fuerza. Al comenzar la voz a cantar, el ritmo cambia por uno un poco más tranquilo, adecuado al tipo de canto cuya cadencia es larga, serena, y la letra es profunda y llena de connotaciones; luego del segundo coro, se incluye un breve solo de guitarra que suena bastante chido y realza esa sensación de fugacidad, luego le da paso a un puente donde lira y bajo hacen la misma figura y todo se tranquiliza, para de nuevo, luego de un par de repeticiones, vuelva la voz y la intensidad y siga, ahora sí, un solo de lira más largo, más complejo y con mayores matices. La siguiente canción lleva por nombre Interludio, y comienza con un bajo muteado y una lira que por agudo va haciendo algunos arreglos, luego una segunda lira se añade para darle más ambientación a la melodía. Seguido, la batería entra con un remate, queda un par de repeticiones solo junto al bajo, y las guitarras continúan con el mismo arreglo, sin embargo, esta vez, en compañía de la batería, suena con más contundencia esa melodía etérea creada con las cuerdas.
El álbum continúa con La energía, una rola que inicia con un bajo de sonido bien clásico, una lira con delay y otra más haciendo algunos sonidos de fondo para ambientar. Esta canción nuevamente me creó mucha nostalgia, tanto por el ritmo como la melodía en sí, se siente la tranquilidad, lo apacible, la voz también tiene un toque lento y tranquilo, me remite mucho a La Barranca, por esa aura de nostalgia y sensación onírica. Luego del primer verso, hay un parón y vuelve a iniciar, con un poco más de intensidad: el bajo añade notas al groove que lleva, la voz sube de tono, se siente incluso la aspereza por momentos. Al final del segundo verso, suena como si la canción fuera in crecendo, como si fuera a desembocar en un momento, pero se detienen un momento y el cambio en la melodía es para más tranquilidad, un momento onírico y relajante, que se interrumpe con la guitarra con mucha fuerza, con un ritmo que se siente más estrepitoso, incluso el sonido del bajo es más brillante y agresivo. trinchera es el quinto track, Trinchera, una rola que inicia tranquila, con toques de prog en el sonido y la melodía, en algún momento se alterna el sonido pesado y la tranquila melodía con que inicio, luego, se queda ese cambio a lira con distorsión y bataca machacona para ser parte del primer verso de la rola, luego, como puente, el riff suena bastante chido, tiene una sensación oscura. La voz nuevamente suena fuerte y al punto de la aspereza, sin embargo se queda sólo en un tono vehemente y agresivo, lo mismo que la melodía que perdura en ese tono fuerte y duro que inició un momento antes de que la voz apareciera por primera vez en la rola. El track que lleva por título Estatuas es la que cierra el disco, y es en cuanto a su estructura, una rola compleja en su desarrollo, pues inicia tranquila, lenta, con lira acústica, arpegios, un groove bien chido de bajo, la batería va tranquila; nuevamente, la rola transmite mucha apacibilidad, la voz igual es tranquila y tiene un toque de reverb (muy ligero), mientras de a poco, se van intercalando algunos momentos más pesados en la rola, una manera de acentuar el canto, la letra y la intensidad de esta nostalgia que transmite. El interludio melódico con dos guitarras que se incluye me recordó un poco a algunas rolas del último disco que lanzó Devil's witches, una sensación hasta marítima, de tranquilidad, de oleaje calmado y de una sensación plácida; de a poco, la intensidad va subiendo y se queda en un punto semejante al del inicio de la rola.
Antes de comenzar la última parte de la reseña, quiero agradecer a Rolo Riemer de Stoner's dealer records, quien me facilitó el disco, mil gracias, carnal! Me pareció un disco muy bueno con momento pesados, sin embargo, la nostalgia, la melancolía, lo apacible de sus melodías, son predominantes y bastante importantes en la constitución del álbum; los toques psicodélicos y progresivos que resuenan me parecieron bastante chidos y adecuados para las emociones que se sienten al escuchar el disco, que vale la pena de inicio a fin. Mi rola favorita, por la intensidad y la referencia que hice de La Barranca es La energía, ¿cuál fue tu favorita, lector?
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