La semana pasada apenas reseñaba un álbum que salió en 2020 de la banda Emisario, y justo me escribe uno de sus integrantes, Fabián, para informarme que se reorganizaron y armaron otro proyecto llamado La sombra de mi madre, y no sólo eso, sino que justo lanzaron su nueva producción. Lo primero que hay que señalar es que al menos entre el último disco de la primera banda y esta nueva producción de la nueva banda, sí hay una diferencia que vale la pena prestar atención; ya no tienen la aspereza ni la crudeza con la que (me) cautivaron, sin embargo, esto no quiere decir que no valga la pena, por el contrario, los riffs, el sonido, el cambio de voz, las melodías son una propuesta diferente y bastante chida, más ecléctica e incluso noto ciertos guiños al rock mexicano de entre dos décadas, de stoner rock y el uso de fuzz, letras poéticas y bien hechas. En fin, vayamos con este álbum de seis rolas que nos trae este power trío tan bueno de la CDMX.
La primera rola comienza con mucho fuzz y un riff que suena bien desértico, lleva por título el nombre del disco, Seguir cayendo. La rola comienza al puro estilo stoner rock: guitarra y bajo cascado y grave, batería estridente, al entrar al voz, esta sensación cambia, la voz aunque áspera y con buena cadencia con respecto a la melodía, le cambia totalmente el feel a la canción, es entonces que se vuelve un rock distinto, una amalgama de sensaciones que uno no se espera pero que de inmediato le encuentra el gusto a dos conceptos que, al menos para mí, estaban separados pero que juntos trabajan de maravilla. Sigue La sentencia de los cuerdos, un track lento, pero no denso, más bien te hace sentir cierta pesadez, cierta tristeza, como si fuera un hard blues que encuentra en el tempo bajo una forma de transmitir esas sensaciones "azules", las voces también juegan un papel importante para construir esa emoción. por un lado, una primera voz susurrante, más grave, y sobre esa, la voz principal, áspera pero con ese tono peculiar, que en combinación logran hacerte sentir un poco la desesperanza. Percibo que a media rola suben un poco el tempo original de la rola, pese a que no modifican la melodía, es como si se pasara de la tristeza a la desesperación, como si luego de sentirse impotente ante la realidad, ahora entra la desesperación. Continúa el álbum con Sin tu caminar, tercer track, que ya suena más tranquilo, comienza con la lira arpegiada y sin efectos, por un breve momento, el bajo y la batería le dan punch al inicio, pero casi de inmediato se tranquiliza todo. Pareciese una balada al uso, tranquila, lenta, incluso la voz tiene un toque de delay para añadirle un poco más de melancolía, pero cambia el asunto luego del primer verso, pues la guitarra suena pesada y dura, la voz cambia y se vuelve áspera y agresiva. Aunque se añade potencia a la melodía, la sensación de tristeza y nostalgia de la letra y del inicio aún se sienten, por lo que estos esteroides que traen los instrumentos sirven para aumentar esa sensación de dolor.
Llegamos a la mitad del álbum, la siguiente rola se titula Cordero, rola que comienza con un ritmo lento y sabrosote de batería, luego se acompaña de cuerdas, y cuando entra la voz, más áspera y contundente que las rolas anteriores, denota la intención de una rola macabra, fuerte, pero sin llegar a sonar doom, aunque tiene sus características. La verdad es que el riff está bien sabroso, se siente la oscuridad en cada nota, el solo de lira me gustó bastante en cuanto que rompe con la línea de la melodía, pues no tiene ese carácter oscuro del resto. Después de tanto es el quinto track, comienza con un remate de batería que da entrada a la melodía, con un riff bien hardrockero, incluso la voz, al entrar, es más rasposa pero calmada, no aumenta su intensidad por lo que transmite como cierta indiferencia; esto al menos hasta más o menos la mitad de la rola, donde ahora sí se escucha más fuerza en la voz, como si dejara escapar un poco de la frustración, además de estar apoyado esto por la melodía y el riff tan chingón que armaron; la rola se encamina al final con un interludio melódico que de a poco se hace más apacible, hasta llegar al solo de lira que también es tranquilo, sigue un último verso, donde sólo voz, bajo y bataca suenan, y en esa tónica cierra la rola, con un ritmo lento y melodías vocales largas que refuerzan esa sensación hartazgo. Para terminar, Diez lunas es la rola que cierra el disco, que inicia un sonido de fondo, luego la batería da el beat y el bajo comienza un groove buenote, al final, la lira hace algunos arreglos. Nuevamente, estamos ante lo que pareciere una balada: ritmo lento, lira sin efectos, bajo haciendo arreglos de fondo, la voz con cadencias lentas y largas, me recuerda un poco a algunas rolas de La Barranca, al menos en cuanto a la melancolía de la rola y esa sensación invernal de que estamos próximo a un inminente final. Hay que añadir que el solo de lira está totalmente en sintonía con la emoción de la rola, hace sentir esa tristeza y dolor que incluso la letra tiene.
Como mencioné de principio, es un proyecto distinto y con un propósito evidentemente distinto, me deja la idea de que es de dimensiones más personales, de inquietudes o pensamiento que han dejado pensando más de una vez a los integrantes. Por ello mismo, la amalgama que mencioné previamente, es necesaria pues aquellas dudas que carcomen muchas veces la cabeza no siempre se pueden expresar con los mismos recursos. Las primera y última rolas, Seguir cayendo y Diez lunas, fueron mis favoritas, ¿cuál te gustó más, lector?
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