El demonio es una constante en el mundo occidental desde que la iglesia se impuso como religión mayoritaria en occidente y supo aliarse con los poderes reinantes durante la Edad media. Gracias a este extremismo cristiano y su mano de hierro, durante muchos siglos, no sólo la presencia de seres malignos provenientes de la mitología cristiana fueron vistos como amenazas, también los seres de cualquier otro tipo de cosmogonía, leyenda, folclore o mitos fueron vistos como producto de Lucifer, como una forma más de atraer adeptos al lado maligno de los mitos. Los tintes de control social mediante la moral que tienen las prácticas de los cultos derivados del judeocristianismo son innegables, básicamente los demonios y el infierno existen para garantizar la obediencia de las personas; aún así, hubo gente rebelde que le rindió culto a estas figuras oscuras (las más famosas, quizá sean las brujas y hechiceros), los nativos americanos fueron condenados por sus creencias paganas, pero hasta hoy día se conservan muchas prácticas y adoraciones que tienen tintes oscuros y siniestros gracias a la condena cristiana sobre cualquier otra creencia ajena a la suya.
¿Qué pasa cuando ese mecanismo de control deja de ser temido?, cuando las fuerzas malignas que se supone condenan a las ovejas descarriadas pasan a ser algo cotidiano, admirado, ¿ qué efectos tiene dentro de la vida cotidiana? Simplemente se re-simboliza, dejan de tener ese cariz maligno y condenador para ser incluso una fuerza creadora de lo oculto, de lo tétrico, de la parte oscura del ser humano; en otras palabras, el infierno dejó de ser un lugar al centro del universo para estar en nuestro interior. El ocultismo, los temas vinculados con la adoración y prácticas oscuras (que tienen vínculo con el satanismo, pero no siempre son provenientes de él) han inspirado el arte desde que la iglesia perdió fuerzas, y naturalmente, esto llegó a la música desde varios puntos: leyendas de venta de almas al diablo, temáticas y música. Dentro de los géneros stoner, doom, psych, sludge, etc., también hay un fuerte vínculo, y es el tema que nos queda, el más amplio, de este trío de artículos sobre el terror en los géneros mencionados. En México pasa algo aún más peculiar, pues además de la imaginería general de lo maligno, tenemos nuestras propias leyendas y mitos sobre lo oscuro, lo profano, lo ultraterreno, que veremos en esta amplia selección de bandas y rolas sobre el tema (al final se encontrarán las ligas de las rolas que hablamos en este articulito).
Sobre lo más clásico del ocultismo, no podríamos sino comenzar con el mismísimo chamuco, con Satanás, y sus adoradores. Larga es la lista de bandas y canciones que hablan al respecto al rededor del mundo, desde sus cimientos con Black Sabbath, hasta el clásico Electric Wizard, Devil electric, Humulus, entre muchísimos otros; sin embargo, y como es sabido, nos enfocaremos en las bandas mexicanas de stoner y doom, comenzando con los consentidos de la casa: Comanchet. El sonido del cuarteto potosino es bastante crudo y pesado, y si añadimos líricas satánicas y oscuras, la cosa se pone mucho mejor; para esta selección, pienso que El Aquelarre, canción que nosotros sus fans hemos hecho ya su himno, es una rola con un chingo de poder e inclemencia, con una línea vocal y riffs bien pegadizos, casi al punto de la letanía sabemos por qué suenan las campanas. La creencia de que las 3am es la hora más propensa para la actividad sobrenatural, cuando los demonios y otros espíritus buscan la forma de hacer el mal, así, la rola 3am habla de cuando se te sube el muerto (parálisis de sueño) con un ritmo pesado con tintes psicodélicos, y tiene la pequeña distinción de que este demonio le pide matar para dejarlo en paz, una hábil forma de darle un giro tétrico a una experiencia que muchos hemos vivido.
La acechanza de los demonios en nuestro momentos de vulnerabilidad es tema que los carnales de Electric Cult, con su rola Sleeping demons, esta bandota veracruzana ya nos tiene acostumbrados a un sonido denso, espeso y bien áspero; esta rola no es la excepción, pues con un ritmo bien lentote, muy pegadizo, nos narra el asedio en medio de la madrugada de fuerzas malignas que rodean y llevan al límite al ser humano. No todo es terror a la hora de afrontar lo ultraterreno, pues la adoración, el culto y los ritos dedicados a las fuerzas oscuras también están presentes, como la canción Lucifer, luz del mundo, de la banda Veljet, que hace unos meses estrenó su segundo Lp; pensar en un ser que tradicionalmente se vincula al mal y a la oscuridad es imposible verlo como "la luz del mundo", sin embargo, cual Prometeo, fue quien nos dio el fuego de la sabiduría y la sapiencia, y musicalmente, Veljet nos da a entender, entre ritmos lentos, pesados, pasajes estrepitosos todo ese cariz que lleva consigo la figura del demonio. Patas de Khabra también hace lo suyo, con la tercera rola de su más reciente Ep, titulada La pezuña del diablo, mediante riffs flemáticos y un ritmo hipnótico nos invita a bailar con la cabra hasta la locura; el sonido tétrico de los instrumentos y lo espectral de la voz nos recuerdan un poco a los las melodías usadas en escenas de adoración al diablo en películas clásicas, casi como ver avanzar a Satanás para invitarnos al sabbath.
Como sencillo, previamente Patas de Khabra lanzó una rola que usa las leyendas mexicanas para hablar de los sobrenatural, titulada Nahuales en la oscuridad; los nauhales son seres sobrenaturales del folclore prehispánico, se trata de brujos con la capacidad de convertirse en animales (según la locación, puede variar su leyenda, dándole o quitándole atributos a los brujos). Santo Fuzz lanzó hace poco su segundo Lp, titulado Quanaxhuato, y en este álbum deja claro el concepto de su doom: tomar las leyendas y el folclore de su natal Guanajuato y hacer música tétrica, lóbrega, por lo que toda su producción musical puede quedar muy bien en este artículo, pero, a razón de mi subjetividad, creo que es Usurero del Baratillo es una de sus mejores canciones, pues no sólo el ritmo lento, sino la guitarra estridente y disonante que utiliza, los teclados que ambientan y la voz como si de monjes espectrales se tratase, vuelve inquietante la canción; también, la canción basada en la leyenda de los hermanos Carcamanes, en la que uno de los hermanos mata al otro porque su pareja lo engañaba con él, al final de matarlos a ambos, se suicido. Sin duda, es una propuesta muy chingona retomar las leyendas locales para hacer música lóbrega.
Basado en la tradicional Ayahuasca, del mismo nombre, Elchivo nos trae una rola bien stoner, y quizá no muy vinculada al terror pero sí a las tradiciones (aunque no exclusivas de México) prehispánicas, al uso de drogas para acceder a un mundo extrasensorial que se nos tiene vetado sin el uso de esta sustancia para muchos espiritual. Por último, incluyo dos rolas del power dúo Oculto, una, basada en una leyenda mexicana de la que ya hablamos, es decir, El Nahual, pero en esta ocasión, hablan de él como un conducto universal de sabiduría, como si se tratase de un ermitaño con la capacidad de conectarse con todo; la segunda, es una canción instrumental titulada Zangbeto, de su última producción, Penumbra, este ser que nace en Nigeria, es un hombre disfrazado con un montón de paja, destinado a ser un morador nocturno que protege y vigila de ladrones y brujas; en la tradición Ogu, se dice que este montón de pajano tiene un hombre dentro, son los espíritus de la noche los que toman el "disfraz". Aunque sé que muchas canciones quedaron de lado (y quizá varios grupos, estos sin intención alguna de hacerlos de lado, sino por el límite de espacio y no hacer tan largo este artículo), sirva esta degustación breve de probadita para acercarse más al basto mundo sobrenatural del stoner, el doom (en especial), el psych y subgéneros afines. Sabemos y esperamos pacientes a los nuevos lanzamientos y nuevas bandas que tengan estas temáticas para repetir el siguiente año un trabajo semejante a este el día de muertos.
-Mack
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