Fundada en 2007, lanzaron su primer álbum en 2016 y el segundo 2020, Emisario es un power trío defeño bastante chingón que tuvo su última (que yo haya visto) en 2023, cuando tocaron en vivo muchos de sus temas. La banda está conformada por Roberto López en las cuerdas delgadas y las vocales, Fabián López en los tamborazos y platillazos y Félix Cortés en las cuerdas gordas, y con el material que tienen publicado es más que suficiente (eso no quiere decir que uno no espere más rolas de ellos) para gozarla un buen rato. Su segunda producción, titulada El peligro a mi mente, es de la que hablaré en esta ocasión, por ser su trabajo más reciente, aunque sin duda valdría bastante la pena hablar de ambos trabajo, pues el paso que hay de uno a otro es enorme en cuestión de estilo y 'potencia' (por llamarlo de alguna manera). Si bien Reino es un álbum bastante bueno, con unos riffs potentes y una vinculación al stoner rock y al hard rock innegable, creo que la madurez de su segunda producción tiene mayor calidad musical. A lo largo de cuatro rolas, la rabia, el nihilismo, las crisis existenciales y sociales quedan bien marcadas y en cada nota se sienten, así, veamos cómo se conforma este álbum.
La obra inicia con la rola Pánico, la cual inicia con una especie de ruido blanco, seguido de un riff lento y oscuro, una batería que da fuerza y densidad a la melodía, luego de un par de vueltas que sirven de intro, la voz, aguardientosa, lejana, con cierto eco, suena como si fuera la misma agonía acercándose por la calle y gritando nuestras angustias, el riff cambia por uno más sencillo, pues resalta bastante la voz así como los golpes de la batería (dicho sea de paso, su sonido en todo el disco es una chulada). Continúa nuevamente con el riff inicial, en esta ocasión con un remate tanto en las cuerdas como en los tambores, lo que le da un cariz distinto, y este puente da paso al segundo verso, semejante al primero pero con un remate que me gustó mucho: dejan sola a la voz al final y se siente esa desesperación con mayor fuerza, luego de eso, la sección melódica final es una chulada, la lira va haciendo algunas figuras que ornamentan sabroso para dar paso ahora sí al solo que nos lleva de la mano hacia el final de la rola. La segunda rola, Serpiente, comienza a dos liras, una haciendo el el riff principal y otra añadiendo ornamentos bien chidos. Luego de algunas vueltas, comienza ahora sí el riff principal, acompañado de la voz y un cambio de ritmo que se escucha violento y contundente, y así se mantiene hasta el solo de lira que suena lóbrego, la guitarra tiene un sonido opaco y grave. Al finalizar el solo, hacen una pausa y la melodía le añade densidad a la oscuridad que persiste en la rola.
El peligro a mi mente, tercer track y que comparte título con el álbum tiene un ritmo vertiginoso, potente, casi punk, además de se la rola más corta; destaca la fuerza que transmite, se puede sentir entre los riffs violentos, la batería constantemente martillando nuestros oídos y la voz que se percibe con mayor intensidad, toda la ira y el descarne que tratan de transmitir. Para el final, está Ni perdón ni olvido, una rola que por la temática, el sample del inicio y la contundencia de la voz y melodía, me gustó muchísimo-. Inicia como mencioné, con el sample de una manifestación "¿por qué nos asesinas si somos el futuro de América latina?" seguido de la lira haciendo arpegios en tono melancólico, luego acompaña el bajo con un groove chingonsote y la batería con un ritmo lento, que en conjunto hacen una melodía nostálgica y triste, base que resignifica los gritos de la voz, le dan un sentido más de rabia contenida, de desesperación ante acontecimientos más allá de nuestras manos. De primera vez que la escuché, pensé que se refería a la matanza del 2 de octubre, sin embargo, prestando atención a la letra, puede ser cualquier movimiento social reprimido al que se hace alusión, no sólo em México, a lo largo de Latinoamérica. Hacia la mitad de la canción, la melodía cambia, se vuelve más vehemente, la guitarra arpegiada se acompaña de rasgueos con distorsión, y el bajo suena más pesado; vuelve a a ver un cambio, relucen algunas disonancias al fondo que resaltan esa sensación de dolor irreparable, sensación que va creciendo según avanza la rola mediante los riffs de la lira y los golpeteos duros de la batería.
Sobra decir cuál fue mi rola favorita, la última, pues transmite toda la rabia y la impotencia ante las injusticias sociales a lo largo de América Latina, sin embargo, considero todo el disco una chulada de inicio a fin, por la oscuridad y la contundencia con la que nos hacen sentirla. Ojalá vuelvan pronto con nuevo material o nos sorprendan con un nuevo álbum, que este nuevo rumbo que tomaron me gustó basntate, y seguro a sus fans de hueso colorado también les pareció eso.
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