El power trío tapatio Stonefront llega a nosotros con un Lp poderoso, con un sonido crudo y pesado. Past became our future es un disco de 10 rolas que mezclan la crudeza del heavy metal con la potencia y energía del stoner rock, logrando un sonido duro y unas melodías que te hacen querer darte unos madrazos en el moshpit. Con cuatro producciones en su historia (el Ep Weapon of choise, el Ep Delivering, el Lp Ride beyond y el Ep Still fallin'), y el adelanto de dos sencillos pertenecientes a este nuevo álbum, el trío compuesto por Laga en la guitarra y voz, Goofy en bajo y voz y el Zombie en la batería, nos llega ahora con un rock agresivo con riffs y ritmos bastante buenos, mostrando el grado de calidad que tienen después de varios años haciendo música. Una guitarra distorsionada, un bajo agresivo con mucho ataque, una batería con un beat muy bueno y una pegada precisa y contundente y una voz que nos recuerda mucho al heavy ochentero y un poco al rock noventero, son la mezcla perfecta para lanzar un disco bastante bueno, cada uno de sus tracks tiene esencia propia sin perder la continuidad que lo caracteriza como disco.
Past became our future inicia con la canción titulada Let the wise rise, con un compás de guitarra solitario, para ser acompañado de inmediato por batería y bajo y unos arreglos de lira que le dan ese carácter heavy y nos da la tónica de la canción: un riff de guitarra acompañado del bajo con mucha fuerza, una batería que mantiene el beat de modo que seguirla con el headbanging se facilita. La voz suena melódica y peculiar en cuanto a su forma de cantar y el tono que tiene, con lo que la tiene un sello de identidad que difícilmente se puede confundir: suena en es época difusa entre finales de los 80 e inicios de los 90, sin embargo, sólo es una pequeña reminiscencia, que se acompaña con la melodía cruda y potente. El siguiente track, The fate I can't handle, comienza de una con todos los instrumentos dando el intro, con la batería haciendo un ritmo con toms, al comenzar el verso, con un tono más agresivo la voz está a punto de grito, es rasposa, transmitiendo la rabia y la desesperación contenida; naturalmente, el tempo es más veloz, la guitarra más agresiva en cuanto a su sonido, el bajo más presente y la batería va metiendo fills en partes estratégicas que remarcan esa agresividad que caracteriza a la canción. El coro recuerda mucho a Minor threat y otras bandas de hardcore ochentero: mucha energía, mucha fuerza, mucha agresividad que transmiten el sentir de un mundo cada vez más jodido.
El tercer track es un interludio acústico e instrumental; de título Mirror, la canción es un respiro que nos da la banda ante la rola anterior, un pequeño momento (es breve la duración) para la contemplación, quizá, para vernos en ese espejo después de un violento encuentro con el mundo. Una vez terminado, volvemos a ese sonido crudo y duro con una rola de título Crime scene, cuyo comienzo ya es agresivo y potente: después de un redoble de tarola, toda la instrumentalización se deja caer sobre nosotros con todo su peso. En esta ocasión, la línea vocal y la melodía van de la mano, haciendo más o menos las mismas figuras y siguiendo el mismo feel, mientras que, en el precoro, acompañado de un enérgico "eh, eh!" y enfatizando el inicio de cada verso en el coro, nuevamente nos llevan hacia el hardcore y el heavy ochentero. El disco continúa con The sound and the weight, que tiene un sonido en el que la influencia de la música pesada de los ochenta se nota con mayor intensidad: comienza con el bajo con overdrive y con batería, después de un par de compases, la guitarra entra marcando los tiempos fuertes, para luego con palm mute ir marcando la nota raíz; en el caso de la voz, en esta ocasión nos encontramos con un sonido un poco más profundo y raspado, más oscuro, y en sí es el feel de la canción: una sensación más pesada y opresiva, está compuesta de modo que nos hacen sentir el peso del sonido. Hacia dos tercios de la canción, hacen una pausa donde queda el bajo sólo, y regresan después de ese riff con una sensación aún mayor de fuerza que poco a poco se incremente por el sonido de los instrumentos y la inclusión de una segunda voz, igual de agresiva que la principal, pero que enfatiza esa fuerza.
En la siguiente canción, titulada In this valley, hay una diferencia sustancial en la composición: la voz es más áspera, oscura, y hasta el puente, bajo y guitarra van marcando staccato. Este recurso le vuelve a dar un aire ochentero. A mi gusto, estos elementos, además, le dan un tono más agresivo y oscuro, además de que la voz también va dando los acentos en las palabras imitando un poco el ritmo de la melodía. Hacia la mitad de la canción el riff y el riff cambian para darle una sensación más movida, más 'liberada', iniciando con un riff de bajo que sirve de base para que la guitarra pueda continuar con otras notas. El séptimo track del álbum, nuevamente parece un interludio instrumental con guitarra acústica; Mildred es nuevamente, un breve pasaje de calma durante esta lluvia de riffs pesados y por momentos oscuros y opresivos. En esta ocasión, el paso de este interludio tranquilo a la siguiente rola es más suave; A losing battle comienza con la guitarra de menor a mayor volumen, conforme aumenta, la batería acompaña con un ritmo de toms, como si de a poco la batalla se fuera acercando a nosotros y prolonga un poco la tranquilidad, pero sólo un poco, lo suficiente para tomar aire y entrarle a este combate perdido. La voz en esta canción, como es de esperarse, es agresiva y potente, rasposa sin llegar a lo gutural, pero que sí transmite la fiereza y la desesperación de la pelea. No cabe duda que el tono bélico y agresivo de la canción queda muy bien hecho y adecuadísimo al tema; también resalta mucho el corte repentino hacia una parte donde quedan solamente bajo y batería, como esos breves momentos donde se puede tomar un poco el aliento para hacer el siguiente movimiento, quizá el más crucial, por lo que la guitarra y la voz regresan con mayor aún fuerza, como arremetiendo con todo el poder hacia el enemigo.
Someday es el noveno track del álbum, track que inicia con guitarra con wah y continúa con un sonido más desenfadado, tranquilo y melódico, muy semejante a algunas bandas de grunge en cuanto al tono y el feel que transmiten. El último track, Hear my name, creo que es el que más resalta, junto al track anterior, de todo el disco, pues tiene un aire más punk y una forma más tranquila de hardcore en el sonido y la forma de tocas: repetición constante de acordes al estilo, por ejemplo, Pennywise. Aunque el tono difiere, como ya había mencionado, cada canción queda cohesionada en un todo que compone Past become our future. Sin duda, cada track vale la pena en cuanto a composición, sonido, tema, sin embargo, como siempre, tengo canciones favoritas, en este caso, The sound and the weight y A losing battle me gustaron por el sonido crudo y agresivo de las canciones, así como del vínculo más estrecho entre la letra y el concepto musical de cada canción. Se nota el largo camino musical del power trío oriundo de Guadalajara, y esperamos que sea aún más largo, y sobre todo, esperamos que pronto puedan venir a CDMx a tocar en vivo. Por lo pronto, es un disco bastante recomendable, como cualquiera de los discos que han lanzado, así que no pierdan de vista a Stonefront, que es una banda que vale demasiado la pena.
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-Mack
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