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El culto del ojo rojo, El viaje del hombre Prometeo, un disco lleno de blues y rock and roll


Hace un mes aproximadamente, tuve el placer de ver en vivo a El culto del ojo rojo en Sangriento; por alguna razón, había postergado hablar de esta banda (mi falta de memoria, tal vez), pero no hubo mejor forma de tener un primer acercamiento a este power trío que en vivo. Su música sabe transmitir desde un primer momento, te atrapa con sus riffs melancólicos o movidos, con la voz tan bien ejecutada, sin embargo, hay que añadir a esta intensidad, la fuerza, la energía y el desmadre que saben hacer sobre el escenario, complemento para grandes rolas y ejecuciones muy chingonas de parte de estos tres músicos. Conformado por Jesús Fierro en el bajo, Marco Aranda en la batería y Alejandro Delgadillo en la lira y la voz, en 2020 sacan su primer material de larga duración, titulado El viaje del hombre Prometeo, y surgirá la pregunta, ¿por qué reseñar un disco de hace dos años? Bueno, en primer lugar, para los despistados como yo que habían oído de ellos pero no se habían dado el gusto de escucharlos con calma, y en segundo lugar, porque, según me comunicó Alejandro (fue noticia para mí, seguro para muchos más era ya sabido), saldrá la versión en vinilo del Lp, cosa que me tiene contento tanto por la banda como por nosotros que gustamos de sus ritmos blueseros y rockeros.

El disco contiene nueve tracks cargados de riffs intensos, una voz buenísima y con mucho feel, una batería precisa y bien alucinante y un bajo bien groovero, es un viaje con altibajos que van desde lo más prendido, con ritmos bien setenteros y desmadrosos, hasta rolas blueseras llenas de nostalgia. La primera rola, titulada Night Light, creo que es la rola más próxima al stoner rock noventero que tiene la banda, con un tono retro muy bueno en la voz y las cuerdas, un ritmo denso y unos riffs bastante hipnóticos, el solo de guitarra es una viajesote muy chido, aunque breve. El hombre Prometeo, el segundo corte del disco, comienza con un ritmo pesado, la primera estrofa alterna el riff principal acompañado de todos los instrumentos con la voz y guitarra solas; al terminar este, digamos, preámbulo, la canción toma un rumbo diferente: deja el tono denso, psicodélico, y a partir de un remate de batería se marca el cambio a un carácter más bluesero, melancólico, adecuado para la metáfora del hombre Prometeo: alguien que lucha a la contra, aquel que le dio el fuego a los hombres pese a ser condenado por su acción. La canción, al terminar esta segunda estrofa, mezcla ambas sensaciones: primero, el bajo solo mantiene el groove, acompañado de algunos fill de lira, y empiezan los tres con gran fuerza a retomar la intensidad del inicio: un ritmo y una melodía densa, pesada, sin perder esa sensación de melancolía. El tercer track rompe totalmente con las canciones anteriores, pues escuchamos algo más suave comparado con las dos canciones previas; así, Sin miedo a morir, retoma mucho del sonido setentero para hacer una canción que nos transporta a esa época de vida suculenta y buena onda.


Gipsy lady, la cuarta rola del disco, comienza con una guitarra que remite de inmediato a Hendrix: un riff dinámico, psicodélico, que augura una canción bien prendida y además rompe nuevamente con la canción anterior, pues aunque es característico de la banda un sonido bien retro, esta rola tiene un feel más pesado y rápido que la anterior; aunque breve, invita a echar desmadre en la pista con su ritmo ágil y tono desmadroso y prendido. Hacia el final, el tempo cambia por uno más tranquilo, bajo y batería llevan un groove tranquilo y la guitarra ejecuta un solo de guitarra intenso e impetuoso. El culto concatena este final tranquilo con el inicio de la siguiente canción, Growl, puede pasar incluso desapercibido que ha cambiado de canción gracias a esta amalgama final/inicio, que ya augura una canción tranquila en cuanto ritmo, pero densa en su sonido. Poco a poco va subiendo la velocidad hasta llegar al final de la canción. La sexta rola del disco, Centurias, vuelve a esa sensación de melancolía bluesera que termina la canción en conjunto a un creciente sonido pesado. Bull rider, como su nombre sugiere, tiene un comienzo estrepitoso y potente, con el riff de guitarra y bajo y batería marcando los tiempos fuertes, para después integrarse en un intro agresivo e intenso, repleto de adornos y fills en la lira; al comenzar la estrofa, queda sólo bajo, batería y voz, se trata de un momento de pocos elementos en el que resalta la voz de Alejandro.



Rumbo al final del disco, El muerto, octava rola del disco, augura desde su nombre el feel que transmitirá: se trata de una rola bien bluesera, melancólica; nuevamente, el muerto es una referencia metafórica, pues habla del vacío existencial del ser humano. El blues y la temática triste, melancólica o nostálgica siempre van de la mano, en este sentido, El culto del ojo rojo lo supo hacer muy bien y plasmar esas emociones de forma lírica (es decir, en lenguaje figurado) y musical, pues al escucharla sientes ese hueco en el pecho que te sume poco a poco. Por último, Baphomet cierra el disco, con un buen riff de bajo con mucho fuzz que le da un sonido bien pastoso y espeso, algunas repeticiones posteriores, se une la batería a reforzar el beat y la lira con tremolo complementando y armonizando con el riff del bajo. Más adelante de las canciones, se van añadiendo algunos adornos en guitarra que van reforzando un sonido desértico, solitario, áspero y desapacible.


De lo que no cabe ninguna duda, es que a lo largo de todo el disco, la calidad musical que El culto del ojo rojo es latente y potente, pues supieron darle diversidad al todo el álbum en conjunto sin perder identidad ni ese sonido característico del trío. Aunque ya han pasado un par de años de su lanzamiento (sirva como recordatorio para los que conocen su música, y como invitación al viaje, para los despistados como yo), es un álbum altamente re-escuchable, que se disfruta de inicio a fin, aunque a mi gusto, tiene todo su potencial en vivo, pero esto ya es decisión personal; aún así, verlos en vivo es altamente recomendable. Estaremos atentos a las noticias sobre el vinilo y sobre nuevo material de la banda, que esperamos pronto salga para deleitarnos con nuevas rolas y nuevo sabor auditivo. Por último, la canción que más nos movió creo que fue El muerto, seguido de cerca de El hombre Prometeo, ¿cuál fue su favorito?*


Para seguir sus novedades:


Para escuchar el disco, comprar merch:


*Por razones desconocidas, el disco está mal distribuido donde lo estuve escuchando, marcando cortes de canciones donde no va el corte (y por bandcamp me terminé las reproducciones gratuitas), por lo que algunas de las observaciones sobre la música pueden estar erradas, sin embargo, el propósito de este trabajo es dar difusión, al final, son los escuchas quienes sabrán apreciar el trabajo de una banda tan chingona.


-Mack

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