Desde Chile, llega la segunda banda latina hasta este espacio, Dixie goat es un power trío compuesto por Pipe en los tamborazos y platillazos, K.F. en las cuerdas chonchas y Nikk en las cuerdas agudas y las vocales; la agrupación ya tiene una trayectoria importante, tienen varias grabaciones, tanto Ep's, Lp's y sencillos, esta es su séptima producción, un Lp titulado Order, chaos, life and death, que fue lanzada el primero de diciembre de 2023 en bandcamp, y que, nota a nota, golpe a golpe, demuestran su sapiencia en esto de hacer ruido espeso, macizo y bien ejecutado.
De las ocho rolas que compone este álbum, nos recibe la de título Se7en, cuyo inicio esta más que acorde para introducirnos en este recorrido densote: suena el viento, luego unsa campanas, entran bajo y batería a dar golpeteos certeros y ponchados, seguidos de la lira que va dando algunos acordes, es casi como si llegáramos a un pueblo maldecido por alguna fuerza del mal, y lo viéramos en una colina, completo, triste y desolado. Luego de unos dos minutos y poco, comienza el riffs principal, igual de funesto y pesado que el inicio, con el mismo ritmo lento y machacón. La voz es áspera y con una cadencia muy chida, pues pese a ser una voz rasposa no pierde calidad en la melodía. Sigue, después de un sample, Lucky break, con un ritmo más veloz, más rockerón, y haciendo contraste con la rola tan opresiva con la que abren. Incluso esta rola tiene algunos tintes punks/hardcoreros en cuanto a la melodía, la velocidad (no excesiva pero sí mayor a la de una rola doom convencional), y luego de llegar a la mitad, vuelve ese ritmo espeso y duro, con un aire melancólico, ahora sí, dando golpeteos pausados y arreglos con la lira que le añaden mucho a esta sensación oscura que transmiten en esta segunda parte de la canción. La tercera rola, Born to be dead, inicia con el sample de alguien dándole cuerda a una caja musical y luego su sonido (cuántas películas de terror sobrenatural nos han sembrado este elemento con un sonido a temer); terminado, comienza el trío con una melodía tétrica y envolvente, de inmediato sientes el madrazo de toda la fuerza y la oscuridad que expresan. Luego de esta introducción, a modo de puente, quedan solo batería y bajo, este último con efecto de chorus, que se me hace acertado, pues creo que no hay mejor forma de expresar lo fantasmagórico, lo espectral (que encima te acecha) con los sonidos graves que con un chorus.
Woman in black, el cuarto track, inicia con un riff bastante chido, nuevamente hace contraste con la rola anterior, pero en esta ocasión no sólo es por el ritmo, sino por lo que transmite la rola: mientras la anterior nos daba la impresión de una acechanza sobrenatural, una atmósfera tétrica, en esta se siente de inmediato la desesperación y la rabia contenida en una melodía cuyos rasgueos son pesados, graves y bastante densos. Le sigue He waits for no one, rola que vuelve al ritmo lento, donde siento que predomina bastante la batería al inicio, por el ritmo que da la tarola, pareciere que esta golpeando en tiempos fuertes o dando un ritmo irregular, para luego la lira quedar sola haciendo el riff y dar pie a que comience la parte del verso de la rola. Una vez que entra la voz se nota el ritmo bluesero, pues este se intensifica con la cadencia de la voz, muy semejante a la que se usa en el blues, incluso con el tono un tanto melancólico (esto de forma muy ligera, pero sí se percibe). La sexta rola es The girl, the rope and the serpent, que inicia densísimo y pesado, se siente la opresión y la fuerza de la rola con este intro demoledor. Curiosamente, la cadencia de la voz hace menos perceptible el tempo lento de la rola, sin embargo, no deja de predominar la densidad, esos intensos rasgueos y ese golpeteo preciso de la batería.
Dee dee, el penúltimo track, inicia de forma más vertiginosa, más veloz, tiene más cercanía con el heavy rock de los 80 por el sonido, el ritmo y la melodía de la rola. Sin duda, esta rola suena muy distinta a las anteriores: es como ir encima de un muscle car de los años 70, un Chevrolet, recorriendo la carretera a toda velocidad tratando de ganarle la carrera al sol hacia el horizonte. Don't say Its name, la rola que cierra el álbum, vuelve al doom, a los ambientes tétricos y malévolos. Comienza con el sample de una voz masculina, luego la melodía está plagada de riffs que suenan lóbregos, oscuros, y encima se siente el peso opresivo de la batería dando chingazos certeros y pesados; incluso la voz, casi como si fuera un susurro o se contuviera para mantener un volumen bajo pero audible, nos da esa sensación, luego se acompaña de susurros en algunas partes, refuerza bastante bien el ambiente tétrico y la intención de hacernos sentir en una casa embrujada, o como si estuviéramos encerrados con alguna fuerza sobre natural.
Para cerrar, y como había dicho, en cada momento es nota la experiencia en hacer rolas de calidad, y en este caso, el viaje hacia una travesía oscura y opresiva es lo predominante en este álbum del power trío chileno, aunque con rolas que cambian, ya sea el ritmo, la sensación o ambas, como el caso de Dee Dee. De inicio a fin, disfruté bastante el disco, pero mi rola favorita fue Born to be dead, que es, para mi gusto, en la que mejor se logra el ambiente tétrico, oscuro, opresivo. Por último, no olviden que pronto Smolder branis records tendrá la versión CD para México en una edición chulísima que no podrán dejar pasar. Por último, ¿cuál fue su rola favorita?
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-Mack