Un mexicano que por azares del destino terminó en tierras asiáticas ha decidido hacer un proyecto de doom instrumental con una lobreguez intensa y penetrante. Nahua, como se llama este proyecto, es una one man band que si bien es de origen mexicano, ahora mismo radica en Corea del sur, y desde esas lejanas tierras, nos trae Toxcatl, álbum debut de seis canciones basado en la cultura prehispánica de México, más en específico, en la cultura y la sabiduría azteca. De primeras impresiones, debo decir que es una apuesta muy buena por el sonido lento, crudo y sombrío, con ambientes muy bien logrados y que realmente te envuelven.
Cada tema es un escalón más abajo en la escala de lo fosco, de lo denso, de la opresión y la oscuridad, un paso más al mundo de los muertos, al Mictlán. Y esta jornada comienza con Teteo Innan, una rola introductoria de poco menos de minuto y medio, en la que se van mezclando los sonidos inquietantes y atmosféricos que caracterizan todo el álbum; aunque "ligero" por su cualidad ambiental, no es menos perturbador que el resto de las canciones, pues igual es un in crecendo de sonidos que pareciesen sobrenaturales, hasta culminar con el inicio de la segunda rola, Miccaotli, en la que la guitarra fuzzeada a más no poder, lenta, espesota y con un riffs demoledor, acompañada de una batería que remata muy bien la fuerza del riff, además de escuchar de fondo un teclado que ambienta y le da una carga sombría bastante chida a la canción. Por momentos, la rola cambia momentáneamente de riffs, de forma muy sutil, lo suficiente para hacernos sentir incómodos, como si una vez que tenemos todo bien medido, algo lo saca de balance y esa expectativas juegan con nuestros nervios; a la fórmula hay que añadir el teclado que va ambientando de fondo de manera tal que le da un toque de vertiginosidad a la rola, no tanto por la velocidad sino porque incrementa el desasosiego. Sigue Ce Miquiztli, cuya crudeza supera a la anterior, de inmediato los tres instrumentos suenan en un festín sobrenatural que mezcla muy bien el fuzz, el ambiente del teclado que cada vez hace más tensión con su sonido espectral, y la batería que a cada golpe marca el ritmo con el que avanzamos de a poco en esta espesura sombría que la melodía nos indica.
Niyaotl, cuarta rola de este álbum, nuevamente es una serie de sonidos ambientales, de latidos funestos que nos acechan, por momentos de forma más intensa, por otros, baja un poco el sonido, es más breve, pareciera más lejano, por otros, parece próximo, es largo y preocupante. Luego de terminar el acoso, Mitotli Tezcatlipoca suena con total espesura, pero no tan pesada en sonido como lo es en ritmo: la intensidad de los guitarrazos y lo madrazos a la batería son menores, pero su ritmo nos hace sentir oprimidos por fuerzas más allá de nuestro entendimiento. Nuevamente, el teclado, haciendo contraste sonoro y dándonos ese ambiente tan distintivo ahora y preocupante al escucharlo. En algún momento de la canción, entre riff y riff, se intercala el sonido de cascabeles que se usan en bailes rituales, como si se llevara a cabo una danza macabra a lo mexicano, como si los espíritus de los aztecas volvieran a danzar en un terreno otrora suyo y que reclaman con vehemencia desde el más allá, y la rola, ahora sí, termina con la potencia sonora que esperaba desde un inicio. Yoalli Ehecatl, la última rola, inicial con un ambiente oscuro y opresivo creado con el teclado, luego seguido de a poco por la lira, algunos golpes de batería hasta que todo suena y nos da en toda la cara el doom tan tenebroso y bien espesote que hace Nahua. La rola, como es de esperar, tiene algunos cambiecitos en su estructura: pausas, variaciones del riff principal, cambios de nota en el teclado, variaciones que de no estar atentos se pierden los matices, y de estar en un pasaje que privilegia las sensaciones oscuras, de peligro inminente de un más allá que no vemos, a un pasaje duro, pesado, intenso y que termina por sumergirnos sin darnos cuenta (al no atender estos cambios, aclaro). Después de un viaje breve pero bien marcado por los rincones oscuros de la cultura azteca, insistir en los bien logrados ambientes y la intensidad con que cada rola va haciéndose más cruda y densa, es decir poco, pues creo que es lo que más me llamó la atención y lo que cualquier escucha percibe de primeras, ese terror sonoro que en conjunto logra es un hito del álbum. Sin duda, un excelente álbum de hechura (aunque a lo lejos) mexicana; mi track favorito fue Ce Miquiztli, cuál le gusto más a ustedes?
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