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The Fire Mystical, una sorpresa de stoner pesado y bien hecho



El pasado 3 de julio se publicó el listado del Doomcharts perteneciente al mes de julio, y entre todas los lanzamientos que se auguraban ocuparían las listas (por ejemplo, Froglord, Some Pills for Ayala, Yawning Balch, Ojo malo, Sorcia, Wizard Master), surgió una banda que pasó bajo el radar de muchos y que, para mí, fue un hallazgo excelente: en el número 31 se encuentra la banda tijuanense The fire Mystical, un power trío del que no sé mucho de su origen y formación, pero sí me puse oídos a trabajar para conocer el sonido de esta banda que nos agarró a muchos de sorpresa. La primera impresión general de este álbum fue un sorpresivo "chingada madre, qué sabrosas rolas", y pudiera decir, qué sabroso stoner/doom, lo cierto es que el sonido es más variado, los riffs más heterogéneos, los sonidos más diversos, de los ritmos, a pesar de lentos, no todos se sienten pesados y densos como en aquel género; mezclan un poco de grunge, un poco de hard blues, un poco de stoner, con una voz particular de la que hablaré más adelante.


El álbum de título homónimo está compuesto por nueve tracks que oscilan entre distintos géneros y sonidos, pero sin despegarse de cierta línea entre la psicodelia setentera, los riffs polvosos de los 90, lo lento del doom, el grunge, el hard rock y el hard blues. La primera rola se titula Evilmorphosis, una rola con un inicio densísimo, apabullante, con un riff lento y violento, y así es como nos recibe: con densidad y pateando caras. Entra la voz con una especie de chorus muy, muy tenue, con una cadencia calma y, lo que me pareció más peculiar, es el parentesco de la voz con la de José Manuel Aguilera, de La Barranca (que espero la comparación no genere malas ondas, pues lo digo como cumplido). Casi toda la canción, salvo algunos adornos y variaciones, se mantiene con el mismo riff para el verso y otro para el coro. Hacia la mitad de la canción, hay una breve pausa para que entre el bajo con wah y un ligero fuzz, una vez que ha marcado el groove, entran la batería para darle mayor potencia y la lira para hacer un solo bluesero bastante chingón. Una vez que ha terminado, vuelven con mayor densidad a la melodía del inicio y e mantiene hasta el final de la canción. Le sigue Dragon cyclones, que ya inicia de forma distinta, no le da continuidad al ritmo marcado por la primera rola: es una mezcla muy chingona de psych: la batería da un ritmo con una mezcla de toms y platillos, el bajo mantiene el groove mientras la guitarra hace algunos arreglos, todo ello con un cierto aire (quizá en la ecualización de los instrumentos) un tanto progresivo. Al pasar del verso al coro, el mismo riff de bajo lo hace la guitarra, este cambio le da mucha fuerza al cambio, la batería se escucha más enérgica y ahora inmiscuye en el ritmo más platillos, mientras la voz es más cadenciosa, las palabras se alargan y resuenan más. Nuevamente el solo de lira está cercano de la mitad de la canción, previo hay un puente que suena como preparativo para que todo valga madres, y en efecto, así pasa: un sólo voladísimo de guitarra, la pura psicodelia, mientras el groove que lleva el bajo tiene más notas pero se siente ligero. Para cerrar la canción, después de la última repetición del coro, vuelven al puente, y de a poco, va perdiendo sonido, notas, instrumentos, hasta llegar al final. El tercer track, titulado Dead flowers, comienza con una lira arpegiada con mucha nostalgia, luego entran bajo y batería a acompañar, una vez ya todos están bien acoplados, cambia la melodía, sin dejar ese tono melancólico que tuvo la guitarra sola. La voz está llena de melancolía, al menos, se nota un poco más en la melodía vocal, calzando perfecto con la instrumentalización y con el feel que transmite.

Already gone tiene una esencia desde el principio bien grungera: un ritmo tranquilo, un riff en la guitarra muy bueno con un sonido vintage muy bien logrado; en la parte del verso, el bajo hace ese mismo riff mientras la lira en notas agudas acompaña la guitarra. Para indicar que cambiamos del verso al coro, la lira sola hace el riff principal, las notas se vuelven más machaconas y se repite el nombre de la rola. A mitad de la canción aproximadamente, se incluye un puente que tiene, primero, un cambio de ritmo, un cambio melódico y es acompañado de samples de una voz masculina; al terminar, con algunos golpes contundentes la batería marca el cambio y vuelta al coro. En esta ocasión, el solo de guitarra se deja para el final de la canción. Sigue Five and ten, una rola pesada y lenta, que de inmediato los arreglos de lira que se incluyen al inicio le da el toque hard bluesero que tendrá. Poco hay que agregar más que, a su estilo, con un sonido duro, melancólico y bien definido, esta rola es un blues muy bien hecho. El sexto track se titula Can't find my way, una mezcla sonora entre lo garagero del grunge y la fuerza del stoner rock, con un algunas notas que conforman el círculo que se estará repitiendo en el verso. La repetición del título de la canción al inicio de cada verso, como si se tratase de una anáfora, el ritmo constante y la regularidad de las notas, junto la intensidad final de la rola, nos da por resultado casi una rola punk (quizá harcore) con la intensidad y el sonido del grunge y el stoner, cosa que se me hace una mezcla muy chida.



I believe es la séptima rola del álbum, en la cual, nuevamente esa sensación de una rola grunge/stoner está presente, incluso con mayor intensidad por la fuerza de la guitarra, cuyo sonido es pesado y con un distorsión potente (en comparación con las rolas inmediatamente anteriores). La insistencia y la continuidad del ritmo y del riff hacen de esta rola algo hipnótico, atrapante, una melodía en que es difícil ya salirnos en cuanto tiene capturados nuestros oídos. Hacia la mitad de la canción, como acostumbran, hay un parón y suena un puente con el bajo y un flanger, luego la lira toma la rienda del riff hasta el final de la rola. Como buena rola psicodélica, Travectio, part I, se compone de una base rítmica de bajo y batería, mientras la guitarra va haciendo arreglos muy chingones o, haciendo el mismo riff que el bajo, le da mayor potencia, según va avanzando, como si se tratase de momentos ligeros, tranquilos alternados con complicaciones, con sensaciones de pesadez. La segunda parte de la rola y la última del álbum, Travectio, part II, se compone de sonidos atmosféricos, nada concreto pero sí muy evocador, como una escena de película espacial, Sci-Fi, o semejantes, donde la fantasía y lo irreal juegan un papel muy importante. Hacia mitad de la canción, todo toma forma, y después de una parte bien volada, vuelven al riff inicial de la primera parte, que mantienen hasta el final y que da cohesión a las dos partes. Nueve partes que forman un todo que nos lleva de paseo por muchas formas musicales, por muchos ritmos y emociones, que no te dejan indiferente cada vez que lo escuchas. Como mencioné, la voz me remite fuertemente a la del vocalista de La Barranca, cosa que le da un un plus debido a que es un tipo de sonido que uno no se espera en bandas de este tipo (y a título personal, me gusta ese tipo de voz). Esperamos pronto tengamos más noticias sobre ellos, de mientras, mis rolas favoritas fueron las dos partes de Travectio, cuál les movió más a ustedes?


Para escuchar el disco:


Para seguirlos:


-Mack

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