El viernes pasado, 7 de octubre de 2022, en punto de la media noche, la banda oriunda de Monterrey, 3 Wheeler Band, lanzó su más reciente material, titulado In the Name of the Holy Riff, ya anunciado previamente y del que sacaron un sencillo como pequeña probadita de lo que nos esperaba en este Lp cargado de riffs bien desérticos, ritmos alucinantes y voces electrizantes. El power trío, conformado por Adrián en la guitarra y voz, Davo en el bajo y José en la batería, nos traen en esta ocasión 10 tracks de puro stoner rock que no nos deja indiferentes ante cada composición, pues en su sello está ese estilo noventero/dosmilero lleno de energía, poder y crudeza que nos esperamos en una banda con una trayectoria como la de 3 Wheeler Band; así, de primera impresión, podemos afirmar que se trata de un disco que se disfruta de inicio a fin, nos da cuenta de la experiencia y la creatividad con la que estos tres enormes músicos tienen.
El disco comienza con el sencillo previamente lanzado, Holy riff, rola que inicia con un primer chingadazo de guitarra, bajo y batería al unísono, para posteriormente marcar cada inicio de la repetición del riff y su segunda parte dejar a la lira sonar con fuerza. Al final, quedan los tres haciendo la parte principal, luego de un breve puente, entra la voz de Adrián con una cadencia en la voz bien retro y una ejecución muy chingona de la línea vocal. Momentos llenos de potencia y mucha fuerza, culminan con el coro "In the name of the holy riff", a modo de letanía hasta llegar a la parte frenética del puente, donde el feel cambia: la batería va marcando con toms el ritmo, el bajo comienza con la base con un sonido fuzzeado bien pastoso mientras el los agudos el solo de guitarra le imprime esa sensación de velocidad y potencia; la canción vuelve a la base principal, y después de una sonora repetición del coro, otro solo de guitarra remata sobre la base de batería y bajo. la segunda rola, Xhan Xhan, cuyo inicio también es potente, pareciere dar inicio a una rola bien densa y pesada; repetición de dos golpes al unísono de los tres instrumentos, seguido de un ritmo bluesero y lento, como si fuera una canción tranquila o al menos con un tempo lento; sin embargo, el riff cambia, la canción cambia su rumbo hacia un feel más desértico; al entrar la voz, también se vuelve a la parte bluesera del inicio, sin embargo, ya es difícil quitarse de la cabeza ese ritmo rápido y potente que precedió al verso. Tanto el coro como la parte instrumental acaban por detallar ese panorama desértico, polvoroso y ventoso que, mediante la melodía, nos van creando en la cabeza; la composición de puente instrumental me parece que es de los puntos más chingones de la rola, pues por momentos cada instrumento va tomando relevancia mientras los demás lo acentúan: en el solo de guitarra, la sección rítmica va dando una base sólida, en la parte lenta de ese puente, que destaca el sonido del bajo, la lira va acentuando con golpes de notas con tono limpio; es una canción bastante dinámica en cuanto a cada momento que la compone.
La tercer rola de este Lp se titula Freedom, y tanto el sonido como el riff con el que inicia suenan bien setenteros, mismo feel que se mantiene toda la rola. De acuerdo al título y la letra de esta canción, el power trío nos hace sentir toda la contundencia de la libertad con la melodía, su composición, su sonido, incluso con la forma estrepitosa y vivaz de cantar de Adrián en este track, se siente como viajar en un Pontiac Firebird del 70 a toda velocidad por la mitad del desierto, bajar el toldo y dejar que el viento entre totalmente y acelerar hasta el fondo cuando los solos de guitarra suenan con total vehemencia. Jimi Sabbath es el cuarto track del álbum, con un sabor igualmente setentero, pero con un sonido más agresivo. Quizá su nombre ya nos predisponga, pero tanto la letra como el feel intenso y retro, me hacen recordar bastante al Black Sabbath, en concreto Master of reality y Volume 4; los riffs, dinámicos y oscuros, los cambios de ritmo, la precisión de la batería de José y la línea de bajo de Davo nos acercan mucho a las rolas clásicas de este cuarteto primigenio: mucha intensidad, fuerza, una letra apocalíptica que aporta bastante al aura oscura de la rola. El quinto corte de esta producción, The offering, tiene tintes un poco más heavyrockero en su composición general, al que añaden unos riffs con mucho power. En el verso, en esta ocasión, alternan melodía y canto, dándole mayor dinamismo y mayor énfasis a la voz en el momento de cantar. La letra, en su inicio, pareciere tratar de desamor o despecho, sin embargo, poco a poco nos vamos dando cuenta que habla de un asesino. Quizá lo más llamativo de la canción es que la temática de la letra (más bien lírica que directa o prosaica) es que no esté respaldada por una melodía más visceral, pero quizá se deba a lo sutil que se trata el tema, pues si hubieran compuesto una rola más densa y pesada, sería más notorio lo que mediante sutilezas líricas nos dicen.
El siguiente track, Sin city, es una rola oscura en cuanto al sonido, pues si bien tiene un inicio duro y prendido, el sonido del bajo es apagado, más envolvente y profundo, mientras las notas que usa la lira, incluso en el solo que se incluye, son más graves y abisal, lo mismo que el ritmo, la batería suena más penetrante en su sonido y el tempo es más lento. El séptimo track del álbum, titulado The river, aunque conserva el sonido retro que han tenido las rolas anteriores, la composición suena un poco al hard rock de finales de los 80 e inicios de los 90; constantes rasgueos de cuerdas, acentos al inicio de cada compás y cambio de nota; la temática, también muy al estilo, habla de alguien que pierde a su chica que fue arrastrada por el río (metáfora de la vida) y nunca más la pudo ver de nuevo. Stone in my head, octavo corte de esta álbum, resalta por el uso de una guitarra acústica (o al menos la eléctrica limpia, simulando una), y cuyo tono, pese a que la rola suena un tanto ágil y con cierta rapidez, es melancólico; y no es para menos, la roca que está en la cabeza no es otra cosa que los remordimientos que arrastramos y cada día nos asaltan, en cualquier momento, es la consciencia recordándonos a cada momento todo lo que hemos hecho.
Para cerrar el disco, los dos últimos tracks toman bastante impulso gracias a la rola seiacústica anterior y su tono tranquilo y reflexivo. Trouble, la penúltima rola de este magnífico trabajo de 3 Wheeler Band, narra la historia de alguien cuya vida inconforma a su pareja, y esto lo lleva a un cambio final. La canción en la parte del verso sólo tiene guitarra y batería, pareciere que el sonido tiene una especie de filtro que le da un tono un poco más apagado, como si se contuviera, como si lo que nos cuenta Adrián a través de su voz estuviera reprimido, a punto de perder la contención, mientras en el coro se une el bajo y todo explota, se vuelve violento e indómito. Para cerrar el disco, y a mi juicio, la mejor forma, es con la rola Xtabay jam, una rola totalmente instrumental, basada en un jam de la banda (como anuncia el título). La rola comienza con la base de bajo y batería, con un tempo mesurado y un tono medio psych. Poco a poco, la guitarra se va uniendo con algunos arreglos voladísimos. Sin duda, esta rola es una muestra no sólo del talento de la banda, sino de la compenetración como músicos que tienen, su capacidad de composición y de entenderse; la química que muestran en esta rola de 10 minutos es debida, por un lado, por su trayectoria juntos, que ya son varios años y, más importante, el conocimiento que cada uno tiene de su instrumento y su talento. Mucho habría aún que decir de este power trío regio, pero creo que su trayectoria es muestra de su talante como banda, y ustedes, como escuchas, sabrán apreciar mejor y de forma personal cada riff que compone este nuevo disco lleno de un chingo de poder, hartísima fuerza y evocación al desierto, De mientras, a mí me gustaron muchísimo Holy riff, Xhan Xhan y Freedom, ¿cuáles fueron sus rolas favoritas?
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https://www.youtube.com/watch?v=6_sr0ehREVw
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