Cactus Rojo nos hará volar con Dune, su nueva producción y primer Lp.
- Mack
- 15 ene
- 5 Min. de lectura
Iniciar la reseña hablando de la calidad y la potencia que tiene Cactus Rojo es decir lo sabido y redundar en lo obvio. Quienes tuvimos la oportunidad de escucharlos durante Los sonidos del pantano hace un par de años y el pasado en el StonEdge y el Chopo, sabemos también que en vivo son una banda capaz de sonar incluso más ponchado y crudo que en su versión grabada. Cuando me tocó reseñar Myths of the Elders y Cosmonauta, una de las cosas que más disfruté es encontrar referencias a la mitología de H.P. Lovecraft, además del mundo (que se supone es en la misma realidad) de Conan el Bárbaro, y ya no era de extrañar que, en esta ocasión, su nuevo lanzamiento haga referencia a una obra literaria dividida en seis libros de culto y que hoy día tiene mayor alcance debido a las películas recientemente lanzadas, a las versión de David Lynch y las miniseries que a inicios de milenio se grabaron; hablo de Dune, una basta obra de ciencia ficción compleja de la cual me confieso ignorante, pero que todas las obras que a su al rededor se han erigido son muestra de su calidad (hay quienes incluso la comparan con Star wars) y bueno, creo que esta nueva producción se erige como una obra de gran calidad que se basa en este universo en conflicto. Pasemos pues, a hablar de este nuevo álbum editado por Smolder Brains records, que está compuesto por ocho temas con bastante variedad musical y temas centrados en la obra a la que el título del disco hace referencia, además que la preventa ya está disponible y el viernes 17 de enero es su lanzamiento.
El disco inicia con Shai Hulud, nombre que reciben los gusanos enormes que merodean por el desierto de Arrakis, y esta rola lo estridente y agresivo con que inicia, que es con un riff de guitarra con wah y fuzz que de entrada ya nos llega como una oleada de adrenalina, como si decidiéramos comenzar un viaje por el desierto y en él está el peligro latente de que el "Viejo padre eternidad" nos merodee. En lugar de ser una rola que se centrara en el horror que provocaría el encuentro con una criatura en forma de gusano enorme, me parece que se va más por el lado de la adrenalina que provoca la posibilidad de encontrarlo y huir frenéticamente de él, como esos riffs intensos, donde la esencia de la banda pervive: una lira potente, por cierto, con un solo de lira bien chingón de los dedos de Gust, un bajo profundo y sólido de Richard, que por momentos mete arreglos bien buenos y la batería constante y ponchada de Greg. Sigue Fear is a mind killer, así como sigue esa intensidad en los riffs, en la batería, en la voz de Gust y en la velocidad contundente que tenía la rola anterior. La banda inicia en conjunto con el riff introductorio que sirve de puente entre distintas parte de la rola, luego, al comenzar a cantar Gust, la lira hace arreglos en agudo mientras en bajo y la batería mantienen tanto el ritmo como la armonía de base, en esta ocasión, la usual voz áspera cambia por una más natural (aunque aún se nota un toquecito de carraspeo) y cadenciosa. La melodía, en general, suena como plantarse frente a ese miedo que pretende someternos y darle batalla, pues la rola está llena de energía y fuerza, el riff inicial, los arreglos de lira, las líneas de bajo y la intensidad de la batería dan esa sensación. Spice most flow, tercer track del álbum, ya nos cambia un poco el ritmo y la atmósfera, pues en esta ocasión comienza con un ritmo muy próximo al blues con la lira, luego se unen batería y bajo, y estos dos serán los protagonistas principales de la canción. Durante el coro y el verso, la lira suena potente y agresiva, igual que la voz de Gust, mientras Greg y Rich le hacen base, sin embargo, desde la intro y luego del verso y el coro, ambos instrumentos tienen las riendas, el bajo hace bastantes arreglos que le dan un groove muy chingón a la parte, groove que va cambiando y por momentos la lira va acompañando con algunos arreglos, luego se incluye el solo de lira y vuelve a esta partecita viajadona entre los tres instrumentos. Sin duda, y a mi gusto, se trata de una rola riquísima, no sólo porque me gusta el bajo, sino por la composición en general, donde cada uno construye en solitario pero en conjunto se ensamblan de lujo.
El cuarto tema de este álbum, Water of life, pareciere, musicalmente hablando, una amalgama que va entre lo duro y pesado y lo etéreo y alucinante; según encontré, el agua de vida en la obra de Frank Herbert puede servir de psicotrópico y de veneno, y proviene de un gusano de arena, entonces, entre ambas vertientes, tanto lo difícil (imagino) que será conseguirlo como la perjudicial o benéfico que es, deambula la canción en una parte agresiva y potente y otra más delirante y viajadota, que es la parte que más me gustó de la rola, pero evidentemente inserta en todo su contexto. Continúa Dune con la canción Chani, una rola instrumental que va variando entre riffs, comenzando con un bien desértico para luego cambiar a uno un tanto más entrecortado, como un avanzar lento o torpe, y luego cada nota se vuelve más fluida, ya no hay ese entrecorte. Kwisatz Haderach es el sexto tema, ya perfilándonos hacia el final, y Cactus rojo nos deleita nuevamente con una rola instrumental, que desde el inicio ya nos marca el estrépito y la velocidad que estará presente en ella durante gran parte de la rola. Comienza con la batería y su ritmo base: Greg da múltiples golpes de bombo en chinga, tarola, son la base para lo que escucharemos de las percusiones, el riff de lira y bajo es intenso y potente, a cada momento nos acelera, como si su intención fuera hacernos sentir prisa y mucha energía.
Leto, séptima rola del álbum, vuelve romper con la sintonía del álbum al cambiar totalmente lo que transmite la rola. Comienza con una melodía que suena bluesera a madres, incluso esa misma sensación de pesadez, de tristeza, de añoranza; a ello contribuyen tanto a melodía lenta, la voz de Gust cuya cadencia es lenta, de tono grave y emulando por momentos el grito, los arreglos de lira, lo pesado de cada golpe de batería, y del solo ni hablar, una chulada que nos hace sentir nostalgia. Para terminar, Muad'Dib, rola en la que no me detendré tanto porque ya hablamos de ella en una noticia cuando se lanzó como primer sencillo que anunciaba este enorme disco. Lo que sí puedo añadir es que esa potencia y energía que transmite tiene un poco más de sentido, pues Muad'Dib hace referencia a un ser que tiene mucha habilidad para sobrevivir por el desierto, haciéndolo apto para travesías por él; así, esta rola se entiende bastante la potencia, la fuerza y intempestividad que transmiten. Palabras sobran para hablar de la música que hace Cactus rojo y conocimientos me faltan para describir con mejor precisión el trabajo tan bueno que han hecho; no obstante mis limitantes sobre el mundo de Frank Herbert, creo que musicalmente son contundentes en sus intenciones y se nota un crecimiento enorme en cuanto a composición, cosa que se nota en cada rola donde tanto Greg, como Rich y Gust, cada uno desde su instrumento, aportan significativamente a la melodía de cada rola. Mi canción favorita Water of life, seguida muy de cerca por Muad'Dib, a partir del próximo viernes podrás contestar cuál ha sido su favorita, lector, de mientras, a precomprar este álbum que vale bastante la pena. Para finalizar quiero agradecer a Gust por compartir conmigo tremendo álbum para la presente reseña.
Para preordenar el disco:
Para estar al pendiente de su actividad:
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